El ingeniero Miguel Vargas Maldonado estaría jugando al tiempo y a las
decisiones a su favor en las instancias judiciales para quedarse con la
dirección y las siglas del Partido Revolucionario Dominicano (PRD). El
partido es una maquinaria electoral que su dinamización corresponde
mayormente a épocas electorales y el que inscribe las candidaturas es el
presidente de la organización.
Vargas Maldonado, consciente de la ventaja que tendría frente a su opositor interno el expresidente Hipólito Mejía, gracias al apoyo coyuntural del PLD, estaría empujando a una división que le permitiría quedarse con las siglas del PRD.
Mientras pasa el tiempo y las sentencias judiciales le son favorables, las ambiciones y el proyecto de Vargas Maldonado estarían marchando viento en popa.
Las siglas tienen un enorme peso político en las masas populares en la República Dominicana.
Hay que recordar la lucha del extinto líder de esa organización, doctor José Francisco Peña Gómez con el también fenecido, licenciado Jacobo Majluta para quedarse con la franquicia del partido blanco.
Vargas Maldonado ha ganado el pleito en las instancias judiciales por la colaboración que habría prestado al PLD en las pasadas elecciones.
Su posición de mantenerse cerrado a cualquier negociación que no le asegure la nominación presidencial en las elecciones presidenciales del 2016 ha radicalizado su lucha contra Mejía, y viceversa.
Hace unos meses, dirigentes del PRD y otras organizaciones lanzaron tempranamente sus aspiraciones de ser postulado en las elecciones congresuales y municipales del 2016.
Armar un proyecto político es difícil en un país donde no existen liderazgos como el de los fenecidos ex presidentes Joaquín Balaguer y Juan Bosch, y el de Peña Gómez.
Ese elemento le daría una ventaja a Vargas Maldonado, consciente de que en el PRD la ambición a los puestos es la principal característica de esa organización.
De consumarse y quedarse con el PRD, Vargas sería el que decidiría las candidaturas de los perredeístas para esas elecciones, recordando que el voto preferencial fue eliminado y que prevalecería el sistema de colocar los puestos por número.
El presidente del PRD, estaría utilizando esa ventaja que le daría esa potestad y habría ofrecido por adelantado candidaturas a líderes locales del partido blanco que habrían estado cerca de Mejía o independiente en el conflicto de esa organización.
Otro punto a favor de Vargas Maldonado es que la población se estaría cansando de los conflictos internos del PRD y no prestaría mucha atención a cualquier desenlace de su reiterada y perenne lucha interna.