.jpg)
Para Gómez Mazara la aproximación y consolidación de las relaciones con fuerzas alternativas y democráticas obedece a una tradición de alianzas estimulada por el líder del PRD, José Francisco Peña Gómez desde 1974, con el Acuerdo de Santiago, y reproducida en 1994 con el Acuerdo de Santo Domingo.
“La tercera opción representa un escenario ideal para que, si aún existan segmentos de la población con algún nivel de incredulidad, tendrán la oportunidad de ver como se caricaturiza el instrumento democrático de mayor tradición que es el PRD".
Piensa que esta cultura peñagomista será articulada eficientemente cuando el “sector mayoritario con verdadera vocación democrática conquiste, mediante el voto convencional, la dirección institucional del partido.
A través de un documento de prensa, el político advierte sobre los riesgos que significaría para el “sector mayoritario” del PRD permitir que Vargas sea validado por la Junta Central Electoral, ante la eventualidad de celebrar un proceso convencional donde no exista una competencia real.
Le preocupa “que la sociedad sea testigo de cómo se pretende burlar la voluntad de las mayorías, pero la formalidad legal institucional, sea ejercida por un sector minoritario incapaz de articular reales posibilidades de éxito en las elecciones del 2016”.
Definido algunos escenarios como posibles alternativas, Gómez Mazara defiende la participación en la convención que se inicia el 23 de febrero y culminaría en agosto con la proclamación de las autoridades partidarias electas.
Recuerda que este sábado 15 es la fecha límite para inscribir candidaturas a cargos nacionales, ante lo cual, considera que “la presentación de una plancha que exprese la diversidad de los sectores no coincidentes con Vargas debe crear las bases para utilizar el proceso de empadronamiento como un impulso a inscribir la mayor cantidad de personas que votarían en favor de un PRD institucionalizado, plural, articulador de una verdadera oposición”.
A su juicio los escenarios de competencia están hechos a favor de Vargas, lo que se deja ver hasta en la designación de la Comisión Organizadora de la Convención, dirigida por “un dirigente que no guarda las formas indispensables para ejercer la condición de árbitro”.
No obstante, insiste Gómez Mazara, “la presentación de una plancha constituye un escenario para desmantelar las arbitrariedades, excesos y burla de las normas democráticas de un sector que intenta por todas las vías preservar las siglas del PRD, convencido de la rentabilidad de la simbología partidaria”.
Se muestra convencido de que la no participación en el proceso sería entregar al PRD por “forfeit”, pero además, una cuantía significativa de dirigentes, aunque no simpatizan con Vargas, serían seducidos por los cargos municipales y congresuales.
En el plano legal, piensa que tratar de impedir la conformación de las comisiones locales organizadoras en los distritos, municipios y provincias desencadenaría actos violentos que terminarían agigantados por los adversarios y sirven de razones para descalificar la organización, y calificarla como un partido incapaz de realizar sus procesos correctamente.
“La tercera opción representa un escenario ideal para que, si aún existan segmentos de la población con algún nivel de incredulidad, tendrán la oportunidad de ver como se caricaturiza el instrumento democrático de mayor tradición que es el PRD, y los ojos de la ciudadanía serán testigos de un dirigente altamente rechazado en el sociedad, pero ‘validado’ por procedimientos mafiosos en el proceso convencional”, agregó Gómez Mazara.