WASHINGTON — Estados Unidos expresó el viernes su profunda preocupación ante la posibilidad de que las protestas recientes contra el gobierno venezolano cobren fuerza a raíz del enjuiciamiento a Leopoldo López y otros opositores.
La subsecretaria de Estado para el Hemisferio Occidental Roberta Jacobson señaló en conferencia de prensa que "claramente hubo violencia en esas protestas y no estoy señalando responsabilidades. No sé quién instigó la violencia pero sí diré que estamos preocupados porque (la detención de López) no calme a la oposición, como parece que buscaba lograr".
Al referirse al proceso judicial que enfrenta el líder opositor de 42 años, la funcionaria indicó que "lo más importante es que cada cargo que se le formule se haga de manera transparente e imparcial y hay una gran preocupación al respecto debido a patrones previos en Venezuela".
El director de asuntos hemisféricos en la Casa Blanca Ricardo Zúñiga reiteró el llamado a la liberación de López y otros detenidos en relación a las protestas.
"Tenemos algunas preocupaciones debido a la historia reciente de justicia en los procesos aplicados a aquellos acusados de crímenes en Venezuela", agregó Zúñiga.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos también exhortó a Caracas a que los procesos judiciales sean conducidos de forma "diligente e imparcial y con apego a las garantías del debido proceso".
El órgano adscrito a la OEA también manifestó su preocupación ante la alegada criminalización de los defensores de derechos humanos y a la protesta social pacífica, y que se persiga penalmente a los críticos o disidentes políticos.
La Comisión lamentó que "se hayan producido nuevos hechos de violencia y reitera su llamado al Estado a promover un proceso de diálogo que permita la búsqueda de una solución en el contexto de una sociedad democrática y con pleno respeto a los derechos humanos".
López aguarda el inicio de su proceso penal tras ser acusado de incendio intencional, instigación pública, daños a la propiedad pública, y asociación para delinquir.
Su defensa anunció el jueves que apelará la decisión de mantenerlo preso, cuyo encarcelamiento ha generado protestas en Caracas y otras ciudades. El dirigente permanece recluido en la cárcel militar de Ramo Verde, a las afueras de la capital, adonde fue llevado el martes 18 de febrero tras entregarse a las autoridades.
Las manifestaciones ocurridas durante 10 días consecutivos en diversas ciudades de la nación sudamericana han causado seis muertes, decenas de heridos y centenares de detenidos.
Por su parte, la presidenta argentina Cristina Fernández pidió manifestaciones pacíficas en Venezuela.
"Tenemos que ser un poco más tolerantes y no contribuir a avivar fuegos que no son de la región, sino que tal vez son agitados por vientos que vienen de otros lados. No seamos tontos por favor, seamos inteligentes y ayudemos a contribuir a esa paz", dijo la presidenta en un acto oficial en la capital argentina.
"Las manifestaciones verbales o las políticas que cada uno tiene derecho a hacer, o las manifestaciones de caminar y de accionar, se pueden hacer sin violencia, sin agresión; la violencia siempre engendra mayor violencia, aunque sea verbal", sostuvo.