El pedido lo eleva en el editorial titulado “Una Ley Necesaria” del semanario Camino que está circulando en librerías, puestos de revistas y parroquias, en el que afirman que, “cuando los pueblos se hacen indiferentes ante a los problemas que les afectan, comienzan a sufrir las consecuencias de un caos social que frena su desarrollo institucional y material”.
Manifiesta, que “esta enfermedad la estamos padeciendo los dominicanos y hay que buscarle remedio”, y a seguidas preguntan que, ¿cómo es posible que se pretenda vivir todo el tiempo como “chivos sin ley, o acaso olvidamos que esta actitud nos lleva al abismo?
Indica, que el Proyecto de Ley de Partidos que lleva años engavetado es un terreno fértil en donde crece el transfuguismo, la falta de transparencia en el manejo de los fondos de los partidos, y el que tengamos agrupaciones o siglas que sólo existen como negocios en cada proceso electoral.
Afirma también que, “una Ley de Partidos evitaría que éstos reciban donaciones de dudosa procedencia”.
Entiende que, esa cacareada ley fomentaría el pluralismo, evitando que dirigentes se transformen en caciques. Promovería la formación política de sus miembros, evitando que tengamos fanáticos sin pensamiento propio, que son presas fáciles del clientelismo y la adulonería.
“Llegó la hora en que cada dominicano despierte y comience a exigirle a los líderes políticos que asuman su responsabilidad de fortalecer el sistema democrático y no hacer del mismo una caricatura divorciada de la realidad, o un circo que divierte momentáneamente mientras sus actores nos llenan de fantasías”, dice la Iglesia mayoritaria dominicana.
Expone por igual, que la Ley de Partidos mejoraría sustancialmente la actividad política en nuestro país, por lo que no puede continuar en el limbo, o estar como una bola de ping-pong que va de un lado hacia otro, sin conocer su destino final.
Agrega, “no se puede continuar buscando excusas para que este proyecto siga durmiendo, o repartiéndose culpas los diferentes colores partidarios representados en el Congreso Nacional, que tienen en sus manos la aprobación de este mecanismo legal que haría más funcional y honesta la acción política”.
Insiste que, ”es tiempo de que los partidos entiendan que su credibilidad se está debilitando, agrietando, porque muchas veces caminan de forma paralela al sentir del pueblo”.