El artículo de Fernández, ampliamente comentado en los círculos políticos, fue una reiteración de ataques parecidos a Danilo Medina, realizados por él en el pasado, en torno a la reelección presidencial y a la herencia del liderazgo dentro del PLD.
Leonel Fernández escribió:
Pero lo más interesante es que tanto lo acontecido con Modesto Guzmán, como con la distribución de los sobrecitos de Dajabón, se pone de relieve una gran enseñanza de las ciencias políticas acerca del liderazgo y la teoría del poder.
Y es que el poder, que implica una relación entre gobernantes y gobernados, aparte del factor ideológico, de conciencia, hace referencia a otros dos factores: al poder de coacción o represión y al poder compensatorio, que es la capacidad para dar o distribuir.
Tomándole prestado a la teoría de la comunicación el conocido esquema de Lasswell, se afirma que el poder se traduce en la siguiente fórmula: Quién da Qué, a Quién, por Qué Medios, con Qué Efectos.
No menciona a Danilo Medina ni la reciente elección del Comité Político y del Comité Central del PLD, donde el equipo del presidente Medina en la práctica “barrió” con las huestes de Leonel Fernández, pero la intuición de casi todo los analistas es que el ex presidente sangra por la herida y, en parábola, dice que Danilo Medina lo venció con el poder que otorga el ejercicio del poder.
La respuesta de Danilo, sin mencionar a Fernández, ha sido casi directa:
“Lo que estoy buscando es elevar las condiciones de vida de nuestro pueblo, lo que estoy buscando es que la gente tenga ingresos suficientes, lo que estoy buscando es que tengamos en la República Dominicana hombres y mujeres que tengan posibilidad de consumir, que tengan poder de compra porque si el hombre no puede comprar las empresas no se pueden desarrollar, porque nadie puede vender en el mercado lo que la gente no puede comprar”, declaró este jueves.
Dijo que con su obra de gobierno “no busca ni hacerse líder, ni reelegirse, ni nada por el estilo”, sino que cuando su gestión concluya y sea un ciudadano ordinario, la gente le agradezca el haberles elevado sus condiciones de vida.