"Jamás apoyaremos a ningún movimiento que de manera violenta quiera derrocar a un gobierno elegido libre y constitucionalmente", aseguró hoy la nueva presidenta e Chile, Michelle Bachelet, respecto a la situación que vive Venezuela.
"Siempre hay ciertos principios que hay que valorar, que son el respeto a los derechos humanos, a la democracia y a la Constitución", subrayó Bachelet en su primera rueda de prensa desde que este martes fue investida nuevamente como presidenta de Chile por un periodo de cuatro años.
La presidenta reveló que en las reuniones que mantuvo estos días con los gobernantes de los países miembros de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) que llegaron a Chile para asistir a su investidura pudo constatar que hay una postura unánime respecto a la crisis venezolana.
"La actitud de todos los presidentes de Unasur es de acompañamiento y búsqueda de todas las fórmulas para que la paz y el diálogo sean la manera como el pueblo venezolano pueda soberanamente seguir adelante", apuntó.
Bachelet hizo votos porque en la reunión que en las próximas horas celebrarán en Santiago los cancilleres de este organismo "se pueda llegar a acuerdos que permitan que Unasur acompañe en un camino de paz y diálogo para resolver conflictos de interés que puedan existir en la sociedad venezolana".
Al respecto, la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, anunció el martes que la reunión de cancilleres decidirá el envío de una comisión a Venezuela que puede incluir representantes de todos los países suramericanos y que tendrá por objetivo ser interlocutora entre el Gobierno venezolano y la oposición.
En este sentido, la presidenta Bachelet reiteró la voluntad de su gobierno de "apoyar al pueblo y al Gobierno de Venezuela en un proceso que permita seguir adelante en su camino democrático en un gobierno elegido democráticamente y que pueda resolver sus contradicciones".
La mandataria lamentó "profundamente" la muerte de Giselle Rubilar, la ciudadana chilena que perdió la vida tras recibir el pasado sábado un disparo en la sien en la ciudad de Mérida, a 500 kilómetros de Caracas.
"Le he dado instrucciones claras a la Cancillería para que pueda ir en ayuda de la familia y sabemos que el Gobierno venezolano está haciendo una investigación para conocer la verdad de lo sucedido", añadió.
Una veintena de personas ha muerto y más de doscientas han resultado heridas en hechos de violencia relacionados con las protestas antigubernamentales que estallaron el pasado 12 de febrero en Venezuela.