El director general de Migración dijo este domingo que algún precio tiene que pagar la República Dominicana por haber manejado de manera caótica la política migratoria por más de cien años y consideró que las personas que están en el registro civil deben ser integradas.
José Ricardo Taveras dijo que por los errores de los antepasados en esa materia, a las actuales autoridades les corresponde enmendar esos desaciertos.
Agregó que una manera de resarcir esa situación es integrando a la sociedad dominicana a personas que han podido ser víctimas de ese caos.
“Pero repito, el Estado Dominicano algún precio tiene que pagar por los errores de los antepasados, tenemos un caos en la política migratoria por más de 100 años, y es un deber moral integrar a quien está en el registro civil”, reiteró Ricardo Taveras.
Entrevistado por Héctor Herrera Cabral en el programa D´AGENDA que cada domingo se difunde por Telesistema Canal 11, el funcionario sin embargo aclaro, que eso se debe hacer respetando la Constitución de la República, las leyes que norman la materia y la sentencia 168-13 dictada por el Tribunal Constitucional.
Sostuvo que el esfuerzo de todos los sectores de la población dominicana debe aunar esfuerzo para reducir lo más posible el caso de miles de personas que legalmente no se han podido integrar a la sociedad.
Dijo que esa situación se inició con el despegue de la industria azucarera dominicana en las dos últimas décadas del siglo XIX.
El director de Migración dijo que ya provisto del andamiaje jurídico, más otras iniciativas pendientes, en el gobierno hay una voluntad firme de resolver ese drama humano, dentro de la facultad que tiene un Estado soberano como la República Dominicana.
Destaca iniciativa de Danilo
Ricardo Taveras aseguró también que para resolver el problema migratorio que por más de un siglo ha imperado en el país, el presidente Danilo Medina se ha comportado a la altura de la circunstancia de un líder de su dimensión histórica.
Explicó que pese a tener una abrumadora popularidad, Medina ha preferido visitar al liderazgo político y religioso del país para, además, explicarse su iniciativa congresional, conocer la opinión de los principales lideres para enriquecer la propuesta legislativa.
Dijo que eso lo hace un líder que está consciente de que la identidad y el equilibrio de la paz social se preservan a través de una correcta política migratoria de los Estados.
El director de Migración dijo que el país debe tener la absoluta seguridad de que lo que salga del despacho del presidente Medina para resolver este problema, será una iniciativa que garantizará el respeto de la soberanía, pero siempre buscando solucionar de una vez y por todo ese drama humano.
Crítica a EEUU en caso Juliana
El director de Migración defendió la actuación de la institución que dirige de impedir la salida del país de Juliana Deguis, por carecer de su pasaporte.
Dijo que todas las políticas migratorias del mundo establecen que nadie puede viajar de un país a otro sin estar previsto de las documentaciones de lugar, principalmente un pasaporte.
En tal sentido, José Ricardo Taveras criticó fuertemente la actitud asumida por las autoridades norteamericanas de otorgar un visado a Deguis sin tener pasaporte y además arrogarse el derecho de atribuirle la nacionalidad dominicana.
“Eso fue una descortesía inaceptable, un exceso penoso de parte de Estados Unidos contra un país que como la República Dominicana que siempre ha sido solidario con ellos y los ha tratado con cariño y respeto”, sostuvo el funcionario.
Recordó que la nacionalidad es un derecho político y no un caso de derechos humanos y recordó que los propios norteamericanos nacionalizan a las personas que ellos quieren.
El director de Migración dijo que esa institución está en capacidad de documentar en 20 minutos a Juliana Deguis, pero que entiende que ella no lo ha querido porque se ha convertido en presa de grupos de presión que obtienen pingues beneficios económicos con la desgracia y la tragedia que vive el pueblo haitiano.
El funcionario también criticó a la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (CDIH), al asegurar que esa institución ha perdido todo prestigio y respeto por convertirse en un órgano que sus trabajos obedecen a grupos de presiones que tienen agendas inherentes a sus propios intereses.