SANTO DOMINGO. El ex senador de la República, José Tomás Pérez, opinó que el proyecto de Ley de partidos y agrupaciones políticas recién reintroducido en la Cámara de Diputados, contiene importantes avances para garantizar la democracia interna y la elección de candidatos, y para reglamentar las campañas electorales , la transparencia del financiamiento y el gasto de los partidos.
Pérez, miembro del Comité Político del PLD, manifestó que esa pieza podría adecentar la forma de hacer política en la República Dominicana definiendo parámetros para una mayor transparencia y uso de los fondos públicos y para la regulación de la propaganda y la publicidad, con el objetivo de equilibrar la balanza entre los candidatos y cuidar el medio ambiente.
Señaló también, el ex legislador que con esta nueva Ley “se prohibiría el tradicional despojo irracional de candidaturas; se condenaría la grosera imposición de cuotas a empleados públicos y privados; se limitarían las manifestaciones, mítines y caravanas al aire libre; se establecerían de manera oficial, las primarias como método de selección interna de los candidatos y se reafirmaría la cuota del 33% para la mujer”.
Opinó, además, “que si bien el establecimiento de primarias, pudiera ser un mecanismo importante para elevar los niveles de participación de los ciudadanos, su implementación no resolvería el problema fundamental que tiene la democracia partidaria, que es el de la falta de árbitros”. En consecuencia, se necesita, dijo, que la JCE sea la que se encargue de organizar, administrar y arbitrar esos procesos de selección”.
Resaltó que, de su parte, prefiere que las primarias fuesen abiertas y simultáneas, debido a los serios cuestionamientos que se hacen a los padrones de registros electorales de los partidos.
No obstante, Pérez significó que la Ley de Partidos “pudiera ser un instrumento útil para el rescate de algunos elementos de la política, pero jamás para acabar con el clientelismo. Ya que mientras haya pobreza y exista una población de votantes o militantes, que vea la política como el único instrumento que tienen a manos para progresar económicamente o resolver sus problemas materiales inmediatos, habrá clientelismo y por consecuencia, estarán ahí, a su acecho, aquellos políticos inescrupulosos que buscan beneficiarse de ese estado de debilidad espiritual”.