El aspirante presidencial del PRD, Luís Abinader, saludó con sentimiento de admiración, respeto y solidaridad, a todas las mujeres en el Día Internacional de la Mujer, pero muy especialmente a las dominicanas.
Dijo que cada vez que reflexiona en los cambios que amerita la sociedad dominicana, piensa en las mujeres no sólo por ser merecedoras de políticas públicas más eficaces para su realización personal, familiar y social, sino también por su idoneidad para ejercer más posiciones de poder, dado su potencial como administradoras eficientes y éticas.
Expresó que el Estado dominicano arrastra una acumulada deuda con las mujeres, quienes “cargan el peso principal de la escasez en el presupuesto familiar, juegan un papel estelar en la formación de las jóvenes generaciones”.
Abinader entiende que es necesario no escatimar esfuerzos para “eliminar de raíz” las causas que generan pobreza, marginalidad y falta de oportunidades para las mujeres y para ayudarlas a superar la dependencia y otros factores que las hacen víctimas de violencia de distinta especie.
“Somos compromisarios de la lucha para que ni una mujer más caiga víctima de violencia, sumemos voluntades y caminemos de la mano por una vida sin violencia, dentro de un país de gente buena y de fe, donde hombres y mujeres gocemos de oportunidades y derechos en igualdad de condiciones”, expresó el líder político.
Agregó que la sociedad ha errado al reducir por muchos años su estrategia a enseñar a las mujeres a defenderse de la violencia de género, olvidando un ámbito fundamental y crucial, el de enseñar a los hombres a no maltratar.
Consideró que la violencia de género no es un problema de las mujeres, sino de toda la ciudadanía; por lo tanto, enfrentarla y erradicarla es responsabilidad de toda la sociedad, por igual de las mujeres como de los hombres.
Al saludar en su día a todas las mujeres dominicanas, les reiteró su compromiso con su total emancipación, mediante la creación de las condiciones que les permitan una vida digna, de realizaciones, libre de toda discriminación o maltrato y colmada de felicidad.