La reciente decisión del Tribunal Superior Electoral que rechaza la solicitud de anulación del Comité Ejecutivo Nacional celebrado el pasado agosto en el Coliseo Teo Cruz, confirma que la vía legal no es la solución a la crisis que vive la principal organización política del país, el Partido Revolucionario Dominicano. La solución es y será política, a través del diálogo entre el liderazgo partidario.
Para que el diálogo sea fructífero lo primero que debemos hacer todos los que convivimos dentro del partido es deponer actitudes, y dejar a un lado los odios y rencores del pasado.
Es hora de entender que no es cierto que la sociedad gira en torno al PRD, sino que el PRD forma parte de la sociedad. Y que, por tanto, los problemas agobiantes que enfrenta la mayoría de la población están presentes diariamente, y que se hace necesario que el PRD recupere el contrapeso en la democracia dominicana, haciendo oposición al gobierno del PLD.
El PRD está obligado a construir un proyecto de partido hacia las elecciones de 2016.
El PRD está obligado a construir un proyecto de partido hacia las elecciones de 2016.
Esa plataforma debe estar constituida por todo el liderazgo partidario, pues solo unidos y juntos aseguramos el triunfo contundente en el próximo torneo electoral. La historia política nos demuestra que cuando el PRD va unido, ganamos; pero que cuando no hay unión total, y existen fisuras, saboreamos la derrota.
Mi padre fue Presidente de la República (1982-1986) postulado como Candidato Presidencial del PRD.
Así lo fueron también, Antonio Guzmán e Hipólito Mejía, personas a quienes admiro y respeto. He sido dos veces Secretario General del PRD (2005-2013). En mi sangre, llevo al PRD. Nadie me puede sacar o excluir del PRD, así como tampoco me visualizo militando en ninguna otra organización política.
Siempre he creído que nuestra lucha por un mejor PRD debe ser dentro del PRD. Ningún perredeísta quisiera pasar a la historia como sepulturero del partido que es parte del sentimiento nacional y que ha sido instrumento crucial para la construcción de la democracia dominicana. Tengo fe en el diálogo, sin odios ni rencores, y en la democracia. Tengo la esperanza de que los mejores días del PRD están por venir. Ese es mi compromiso.