MOSCÚ. Rusia admitió ayer que podría tener que abstenerse de buscar fondos en los mercados internacionales este año, a medida que empezaba a reconocer los efectos de las sanciones económicas impuestas por varios países e instituciones financieras del mundo, como consecuencia de su anexión de Crimea.
En declaraciones reproducidas por agencias noticiosas rusas, el ministro de Finanzas, Anton Siluanov, se convirtió en el primer funcionario ruso en reconocer que las sanciones están afectando al país.
Siluanov dijo que Rusia podría verse obligada a cancelar planes de recaudar US$7,000 millones en bonos, si las ganancias por petróleo y gas se mantienen sin variar. Rusia "podría decidir abstenerse de solicitar créditos externos", informó.
Las acciones rusas cayeron ayer después de que otra agencia calificadora comunicara a Rusia una posible rebaja a la nota crediticia del país, en tanto que las operadores de tarjetas Visa y MasterCard cancelaron sus servicios a clientes de dos bancos rusos.
Un día antes, Estados Unidos ordenó sanciones económicas contra 20 personas cercanas al presidente Vladimir Putin.
Los temores hacia las perspectivas de la economía de Rusia se exacerbaron esta semana, después de que Putin firmara el tratado para la anexión de Crimea, una vez que los electores locales apoyaron abrumadoramente la medida en un referéndum organizado con prontitud en la región. AP