SANTO DOMINGO. La tensión aumenta en la medida en que se acercan los comicios para elegir a las autoridades nacionales del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), el próximo 20 de julio.
Ayer, el candidato a la presidencia del partido, Guido Gómez, sometió un nuevo recurso ante el Tribunal Superior Electoral (TSE), esta vez en contra del horario de votación anunciado por la comisión organizadora de la trigésima convención ordinaria.
El presidente de la comisión, Julio Maríñez, anunció que el horario de votación sería de siete de la mañana a tres de la tarde, para agilizar el proceso de conteo de los votos.
La comisión organizadora publicó la resolución 119 del 24 de junio en la que rechazó la preinscripción a la presidencia del comité municipal de San Pedro de Macorís de José Dolores Spencer Rondón, por no cumplir con el artículo 30 del reglamento de la convención.
También rechazaron la preinscripción de Víctor Celestino Semper de Aza a la presidencia del comité de La Romana; así como la de Eduardo Familia Franzuá al comité del municipio de Villa Hermosa. Para la secretaría general de Hato Mayor, fue rechazada la preinscripción de Ramón Emilio Pina.
Escuelas
Hasta ayer, el Ministerio de Educación no había recibido "ninguna petición" oficial para el uso de las escuelas públicas en el proceso de convención del PRD de parte de la Junta Central Electoral (JCE). "De producirse, el Ministerio no tendría ningún inconveniente en atender dicha solicitud y darle las facilidades que nos sean solicitadas", aseguró.
Cabrera advierte sobre legitimidad
El vicepresidente del PRD, José Neney Cabrera, solicitó a la comisión organizadora de la convención garantizar todas las facilidades a los candidatos que participarán en la misma, para que prevalezcan sus derechos de elegir y ser elegidos en un certamen democrático y participativo. Manifestó que debe haber una competencia donde debe primar la transparencia, el orden y la armonía, y en la que se garantice el respeto a la voluntad de las y los perredeístas. Cabrera reflexionó en el sentido de que de la calidad del certamen convencional dependerá la legitimidad de las próximas autoridades del partido.