WASHINGTON. Además de regularizar a los indocumentados, Barack Obama anunció medidas para facilitar la permanencia de extranjeros que ingresaron legalmente y ejercen profesiones que escasean en el mercado laboral estadounidense, pero para Silicon Valley y otros sectores, se trata de avances mínimos. “Voy a facilitar y acelerar los procedimientos para que los inmigrantes altamente cualificados, los jóvenes titulados y los emprendedores puedan quedarse y contribuir a nuestra economía, como han propuesto tantos empresarios”, declaró el jueves el presidente durante la alocución en la que anunció las medidas migratorias.
Eran anuncios particularmente esperados por Silicon Valley pues hace años las empresas del sector tecnológico presionan al Congreso para que haga saltar los cerrojos que pesan sobre las visas H-1B (permiso de trabajo de duración limitada y vinculado a un empleador único) y de las llamadas “green card” o tarjeta verde (permisos de residencia permanentes, independientes de un empleador).
El número de tarjetas verdes no ha aumentado desde 1990 y eso hace que personas oriundas de países como India o China deban esperar años para obtenerlas.
Solamente por ley se puede aprobar un incremento de la cantidad de estas visas a entregar. “La administración hubiera podido decidir más cosas para reducir la espera de ‘green cards’, pero eligió no hacerlo”, se queja el abogado especializado en temas migratorios Greg Siskind. “La muy, muy larga espera de las tarjetas verdes se mantendrá”. También las empresas de Silicon Valley han recibido friamente los anuncios.