Con su vida demostró su liderazgo, ideología y honestidad, mas con su muerte demostró que su legado se podría decir olvidado y una que otra vez traicionado por sus seguidores. Ese fue el gran profesor Juan Emilio Bosch Gaviño. A quien muchos con ahincó pretenden hacer creer que imitan a imagen y semejanza.
Son muchos los partidarios del profesor Bosch que buscan enaltecer su figura política en estos tiempos, diciendo de “boca pa’ fuera” que son vivos discípulos de un Bosch que decía que “A la patria no se le usa, se le sirve”, la diferencia se ha visto al pasar de los años.
El escarceo es constante y no hay quien se atreva a juzgar los llamados “Boschistas” de nuestros días, son según ellos impolutos, dadores de las mejores cualidades que pueda poseer un político contemporáneo.
No podemos ser mezquinos con respecto al Boschismo como teoría partidaria, la cual se mantiene viva pero poco imitada. No son todos los que la presumen pero si pocos los que la imitan. En fin, el legado del profesor sigue estando entre nosotros como una capa de doble moral a la cual recurrimos cuando somos perseguidos como presas de una sociedad con sed de justicia.
Como decía el profesor “Si no puedo ver por mí mismo la liberación de este pueblo, la veré a través de mis ideas”. ¡Con paciencia, esperemos!
Yeison Mateo