El recién designado ministro de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Francisco Domínguez Brito, realizó una visita para inspeccionar las áreas del Parque Zoológico Nacional y el Acuario Nacional, con la finalidad de identificar posibles puntos de mejora para la oferta de servicios a los visitantes.
Al parecer el ministro entrante aún no tiene una agenda de prioridades definida de los principales problemas que padecen nuestros bosques y ríos, su visita a los dos lugares antes mencionados está muy bien, ¡pero no en estos momentos!, ahora lo que necesitamos es una visita de usted Domínguez Brito, a las olvidadas – por anteriores ministros- zonas de Jarabacoa y Constanza, las cuales son zonas de vital importancia, son pulmón de la Republica Dominicana y estamos permitiendo que acaben con nuestros recursos naturales con la tala de árboles con el lema de una supuesta “foresta responsable”, que de responsable no tiene nada.
Tanto el Acuario Nacional como el Zoológico Nacional tienen un administrador, tienen su doliente propio y directo, mas nuestros bosques y ríos esperan que usted sea su doliente principal como ministro de la entidad que está llamada a velar por el fiel cumplimiento de las leyes ambientales.
Las denuncias de la tala ilegal de árboles y extracción ilegal de materiales de nuestros ríos en diferentes provincias del país ya no aguantan más denuncias sin que se juzgue a los responsables de este ecocidio.
Pero eso no se queda ahí, la situación es mucho más grave aún. De acuerdo con un informe dado a conocer por el Programa de las Nacionales Unidas para el Medio Ambiente, desde el año 2013 a la fecha los depredadores haitianos han talado una inmensa cantidad de árboles de diferentes especies, con los que han producido unos 436 mil 800 sacos de carbón.
Dicho informe califica la tala de árboles en nuestro país como muy grave, dice que semanalmente los haitianos cortan en nuestras comunidades fronterizas arboles con los que producen 2,800 sacos de carbón que son transportados clandestinamente hacia Haití.
No podemos seguir permitiendo que esas manos depredadoras sigan extinguiendo nuestros ríos, arroyos y cañadas y talando nuestros árboles, hay que ponerle un alto, pero eso es ya. ¡Cásese con la gloria Domínguez Brito!