La política como diría el novelista escocés Robert Louis Stevenson "es quizá la única profesión para la que no se considera necesaria ninguna preparación". Muestras de esta afirmación tenemos en cada esquina de nuestro país.
Cualquier “Juan de los palotes” que entienda que la política es la mejor forma de echar hacia adelante él y los suyos, puede incursionar en esta, y es bien recibido. A fin de cuentas lo que queremos en el partido es sumar más “compañeritos”.
Muchos de esos “compañeritos” saltan un ciclo muy importante, ya sea por su perspicacia o por las coyunturas que le adornen en su partido. Ése ciclo el cual es vital para que una carrera política no sea tan efímera y no se comentan tantos yerros, es la “Formación Política”. Dicha formación no es muy abundante en nuestros días.
El acontecer político dominicano cada día tiene una musa nueva. Cuando creemos que lo hemos visto todo, viene algo y nos sorprende – al menos eso hacemos creer- nuevamente. Digo sorprende, porque las acciones vienen de elementos con un curriculum de larga data política y que aun con el pasar de los años, las altas y bajas de su carrera, no han aprendido a tener el tacto necesario para saber cómo tratar al oficialismo y como tratar a los partidos minoritarios que también forman parte de la tan erróneamente llamada “oposición”. Muchos no tienen formación política alguna que se pueda señalar, y es ahí donde entiendo radica el que se comporten como ‘Enemigos Internos’.