Agosto 2016 pasará a la historia como uno de los meses más sangrientos para Yemen. En cuestión de cuatro días, la coalición liderada por Arabia Saudí, bombardeó un hospital aliado a Médicos Sin Fronteras, matando a 19 personas; bombardeó una escuela, ocasionando la muerte de 10 niños; y bombardeó un puente vital, utilizado por la ONU para el transporte de alimentos, desamparando a millones.
Desde que la Coalición de Estados Árabes inició sus operaciones militares en marzo del 2015 para restaurar al poder al presidente Abd-Rabbu Mansour Hadi, y repeler las avances logrado por los Houthis – aliados de Irán, - decenas de bombardeos aéreos han golpeado estructuras civiles en Yemen. Es esta guerra civil la que ha terminado con la vida de más de 3,000 civiles, ha dejado a más de 14 millones de Yemenitas sufriendo niveles peligrosos de inseguridad alimenticia, y ha causado daños estructurales por más de 14 mil millones de dólares.
Lamentablemente, las quejas y los reclamos de la comunidad internacional para detener esta sangrienta guerra civil irán a oídos sordos. Mientras Arabia Saudí siga produciendo petróleo relativamente barato, Estados Unidos seguirá apoyando a su aliado árabe. Claro está que no importa que 15 de los 19 secuestradores del 9/11 eran de Arabia Saudí, y tampoco importa que Arabia Saudí financió a los rebeldes Sunni que batallaban a las tropas estadounidenses en Iraq. Al final, ese oro negro es el que manda, y mientras no me vuelvan a subir el precio del galón… yo en eso no meto.
@ajramirezmoreno