SANTO DOMINGO.- Como si se trataran de frágiles cortinas de vidrio, el esquema de contratación de obras a cambio de dádivas o favores, encubre una compleja maraña de corrupción político-empresarial que ha primado en distintos gobiernos y amenaza con quebrar la reputación de los principales líderes políticos del país.
Las implicaciones que el caso de los sobornos de Odebrecht ha tenido en la figura del presidente de la República Danilo Medina, hace aflorar las conjeturas por un posible financiamiento de la campaña electoral, a través de su asesor en publicidad, Joao Santana, procesado en Brasil por el conocido caso Lava Jato.
Con estructura similar, otro escándalo de corrupción en España, salpica la figura del expresidente Hipólito Mejía, a poco tiempo de que el líder opositor hiciera pública sus intenciones de “lanzarse al ruedo” en el certamen electoral de 2020.
El diario español elmundo.es publicó recientemente una historia relativa al sonado caso de corrupción sobre blanqueo de capitales conocido como Pujol, en el que se dan a conocer las gestiones que Mejía realizó en favor de la ejecución de una obra en el país que, desde el comienzo, fue criticada por una supuesta sobrevaloración.
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