Marco Baldera: Revolución ética


Los hábitos del poder generan prácticas que, de tanto repetirse, se van constituyendo en "normas" a seguir en una sociedad determinada. La nación dominicana recrea en sus acciones políticas, comportamientos muy distantes de los que deben adornar a un servidor público.

Uno de los grandes desafíos de las nuevas generaciones de dominicanos es conseguir la disolución de la creencia de que el ejercicio público es una de las tantas modalidades que posee la democracia para, desde el poder, acumular fortunas. 

La percepción de que quien obra con decencia y apego a las normas éticas en el desempeño de sus funciones tiene como respuesta a su probidad el desdén, es reveladora de nuestro deterioro. 

Sin embargo, a contrapelo de ésta argumentación, y a propósito del escándalo ODEBRECHT, hemos sido testigos de una inmensa ola anticorrupción, que ha provocado el inicio de una revolución ética, saludada por los que apostamos al adecentamiento de la más digna de las ciencias, después de la filosofía, de ocupar las mentes humanas, la política.

El enfado social que ha despertado la pifia imperdonable de la comunicadora Yolanda Martinez al frente de ProCompetencia, es señal inequívoca de que nuestra sociedad está harta de ser tomada por pendeja, y de que el conformismo provocado por la desesperanza aprendida, ha dejado de aposentarse en los hábitos de la nación. EN HORA BUENA.

MARCO BALDERA 
Dirigente Político
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