A propósito de la celebración del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, declarado en el 1975 por la Organización de las Naciones Unidas, ONU, hace ya 42 años, desde la fecha hasta hoy, el género ha avanzado en algunas reivindicaciones, mientras en otras áreas aún quedan tareas pendientes.
A pesar de todo lo logrado para que los derechos de la mujer sean parte de la agenda nacional y todos los obstáculos y tabúes que este segmento poblacional ha vencido para imponer su impronta y que esta se perpetué a través de la historia, aún quedan muchas preguntas que contestar.
De las mujeres se dice muchas cosas, definiciones inagotables podemos encontrar, loas a sus acciones, discursos impactantes sobre sus marcas indelebles, por lo que me llama mucho la atención que estando tan convencidos de lo que son y representan, todavía son minorías en los espacios de representación.
También, son inquietantes los números alarmantes de mujeres muertas a manos de sus parejas y mucho más, que en los actuales momentos en el país se discuta a nivel nacional la aprobación del aborto en sus 3 causales.
¿Será porque que todo se queda en un discurso bonito de mucha parafernalia, o habrá que hacer más para igualar los derechos con sus pares, o es el mismo género que no reconoce a sus iguales?; muchas otras interrogantes podrían surgir, pero es evidente que la respuesta general se vincula a las políticas de Estado de un gobierno, y es el presidente y su gobierno garantes de que estos derechos se cumplan?
Entonces, quisiera saber dónde está el gobierno dominicano cuando hay que dar respuestas a estas situaciones que son las de muchas. ¿Qué tan efectivas son las políticas públicas emanadas del ejecutivo para combatir los problemas que históricamente ha lidiado el género?
Es necesario dar soluciones verdaderas que vayan en pro de las mayorías, que son las mujeres; porque no es suficiente con observar leyes, mostrarse consternados por un acontecimiento X, y en los peores de los casos aceptar el pago de la dura indiferencia.
Será que las mujeres veremos nuestra lucha verdaderamente reivindicada cuando por fin entendamos que somos la mayoría e influimos en la otra parte y motoricemos la capacidad política, social y económica para influir en los diferentes estamentos de poder. O tendremos que esperar que una mujer sea presidente de esta media isla, República Dominicana.
Por Paola Cabrera