Paola Cabrera: Ruleta de oportunidades



Desde el inicio de las sociedades a nivel mundial se enfrentan problemas de violencia de género, siendo su detonante el asesinato de las Mirabal en 1960, acontecimiento que pone la tapa al pomo y volca la mirada jurídica a nivel internacional sobre la mujer. 

Aun teniendo jurisdicción para juzgar a los que incurren en este acto, pareciera que su gran hazaña de maltratar a una mujer que en muchos de los casos la muerte es el desenlace final, corren con la buena suerte de encontrar un sistema judicial que los ratifica en la sociedad. 

La suerte de estos enfermos dependerá de su vínculo y área de desempeño, el ser artista por ejemplo como es el caso de Antonio Peter de la Rosa, alias Omega, un sociópata comprobado, que ha sido beneficiado innumerable de veces con veredictos que le permiten su libertad condicionada.

Es como si el semáforo de la justicia correspondiente nacional estuviera dando luz verde para reincidir y le dijera “vamos puedes hacerlo” solo se te privara de ingerir bebidas alcohólicas, viajar o portar armas de fuego.

O someterte a supervisión, o tratamientos de inteligencia emocional, o presenta un trabajo de utilidad pública o comunitaria, como si la pena tuviera el valor del hecho en sí. 

Perpetuar la gran hazaña sería lo correcto para el sistema, entonces se entienda que no es juego de muñecas e iniciar un proceso para aplicar todo el peso de la ley; no hay porque beneficiar a quienes no tienen contemplación con sus víctimas,su continuidad demuestra enfermedad.

Por Paola Cabrera
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