SANTO DOMINGO ESTE.- Veintisiete años después de construido, el cementerio Cristo Salvador, de este municipio, ha agotado su vida útil y muestra de ello es que ya no cuenta con espacio para enterrar ni un muerto más.
La demanda es mucha porque aunque es un cementerio municipal, tiene vocación provincial porque el 36% de los difuntos que son llevados allí no son del municipio. Son de lugares tan distantes como Los Alcarrizos, Boca Chica, Guerra, Santo Domingo Norte y el Distrito Nacional y esa realidad ha desbordado su capacidad.
La mayor cantidad de los ocupantes de las moradas proceden en primer lugar de Los Mina, luego de Mendoza y le sigue Villa Duarte. Cuatro kilómetros cuadrados acogen a más de 200,000 cadáveres y muchos ya están olvidados porque a los parientes se les dificulta llegar hasta ellos debido a que han perdido la orientación de donde están y otras veces por las malas condiciones de acceso debido a la inadecuada organización. Alfonso Gregorio Germosén, es el administrador del cementerio, y cuenta que para localizar tres metros, el encargado tiene que durar hasta dos horas y media escarbando al lado de las tumbas debido a que no hay terreno disponible.
“Aquí había un espacio que fue a base de relleno que se rehabilitó en la manzana 10 y el mismo alcalde Juan de los Santos creía que eso podría tener capacidad para por lo menos un año y se llenó a los cuatro meses, no cabía un mandado, aquí no hay terrenos”, sostuvo.
Explica que sólo se sepulta en los panteones que tienen dueños y en los terrenos comprados por familias e instituciones, como el caso de las Fuerzas Armadas. En el caso de las personas indigentes se hace un trabajo de búsqueda de un espacio para darle cristiana sepultura, pero los cabildos cuentan con nichos especiales que alquilan por cinco años a quienes no tienen donde enterrar sus muertos.
Testimonios
Mario Cabrera, inspector del camposanto y tiene la responsabilidad de ubicar algún pedazo de tierra donde sepultar a quienes no tienen propiedades, y narra que es un dolor de cabeza cada vez que tiene que cumplir esa misión.
Francisco García se gana la vida construyendo tumbas, y dice que en verdad ya no hay donde enterrar, aunque reconoce que lo poco que queda es donde hay rocas y hoyos que no permiten su uso. Ana María Placencia, más que reclamar un nuevo cementerio, solicita que al actual se le dé condiciones, porque para llegar a la tumba de su madre tuvo que hacer malabares.
Para José Antonio, el principal problema del cementerio es la falta de higiene, y asegura que hay terrenos dónde enterrar más muertos.
Un proyecto nuevo
Ante la situación, el alcalde de Santo Domingo Este, Alfredo Martínez, creó una comisión con sectores representativos del municipio para que estudie un proyecto de compra de unos terrenos donde sería construido un nuevo cementerio.
El alcalde devolvió al Concejo de Regidores la resolución 65-17 aprobada por los ediles el 23 de diciembre pasado para la adquisición de los terrenos a fin de rodearla de la mayor transparencia, y para tales fines designó una comisión que se encargará de estudiar la viabilidad o no del proyecto y rendirle un informe.
Se trata de 202,000 metros cuadrados, ubicados frente al cementerio Cristo Salvador. De acuerdo con el alcalde, el proyecto de venta data de 2012, y se acordó el precio de RD$1,800 el metro. Los terrenos son propiedad de la Federación de Colonos Azucareros que recibió los terrenos en dación de pago por parte del Consejo Estatal del Azúcar.
Informó que los comisionados fueron el vicario de Santo Domingo Este, monseñor Benito Ángeles, los padres Fray Arístides Jiménez Richardson y fray Frankely Rodríguez, el pastor Ponciano, tres pastores más, el CODIA, el Colegio de Abogados, el secretario general y el jurídico del cabildo.