Tenemos que tener conciencia ante una sociedad carente de transformaciones, en la cual debemos advocarnos todos en una misma dirección; para poder producir el rescate de nuestra sociedad.
Nuestra República Dominicana en los últimos años a podido ver logros significativamente grandes en varios sectores de la sociedad Dominicana, como lo es, las grandes empresas establecidas en nuestro país, las construcciones de infraestructura para impartir la docencia en el ámbito educativo, el crecimiento de la economía, el ingreso de turistas, ha sido de las grandes conquistas de nuestro país en los últimos tiempos.
Sin embargo, también es necesario destacar que nuestro país se ha quedado rezagado en el tiempo con problemas que ameritan solución. Como lo es la inseguridad, la falta de empleo, la falta de aplicación de la justicia, falta de electricidad, la baja calidad en nuestra educación y otros males que padece nuestra república...
Ante esta situación nosotros, la juventud, estamos llamados a jugar nuestro papel ante una sociedad que lo necesita; tenemos que saber cual es nuestro rol para poder aportar nuestra ayuda en la ardua labor que es el rescate de los valores éticos y civiles, que servirán como palanca para el rescate de la sociedad en sentido general. La juventud tiene y debe integrarse a los procesos que se viven en el día día en el país; es necesario que asumamos los compromisos necesarios y ocupemos las posiciones que nos corresponden como ente de cambio y progreso, ya que somos más del 40% de la población de nuestro país.
Tengo en completa plenitud que a la juventud no se le da el espacio que merece porque muchos líderes no creen en la renovación con nuevos actores en todas las dependencias en el país, pero es posible que nosotros, la juventud de República Dominicana, podamos hacer posible que nuestra voz sea escuchada e ir y ocupar espacio en todas las posiciones existentes, porque somos el presente y futuro de cualquier nación, somos el génesis en cualquier proyecto a emprender.
La juventud está llamada a cumplir con su rol de integrarse y procurar que nuestra república pueda continuar produciendo los cambios necesarios, solo es posible si cada uno jugamos nuestro rol.
Por Isaac Salazar Moronta