Recientemente y como por arte de magia, vuelve a ser tema de conversación en los diferentes medios digitales y sociales el tema de la pena de muerte y la cadena perpetua en la República Dominicana.
Un tema que no es cosa de ahora. El mismo aparece cada año como la Semana Santa y La Navidad, con la diferencia de que llega siempre motivado por una desgracia que sucumbe los cimientos más sólidos de una sociedad que cada día está en mayor deterioro.
Como sociedad queremos grandes cambios pero no queremos pagar el alto precio que estos podrían traer. La República Dominicana sigue viviendo bajo un sistema político clientelista y populista que no es justo en igualdad de circunstancias.
Abogar por la pena de muerte y la cadena perpetua es abogar por mayores injusticias para los más desposeídos y olvidados de nuestro país, los pobres. El poder, la corrupción y la impunidad seguirán tocando siempre las mismas puertas que les van a permitir entrar.
La pregunta que nos debemos hacer como sociedad antes de tocar temas espinosos como estos es ¿Estamos preparados?
Por Yeison Mateo