“Un país como la RD que por décadas exhibe un crecimiento promedio por encima de un 5% del PIB, tiene las riquezas acumuladas para enfrentar la presente crisis. Es decir, el dinero existe. Lo que está por verse es si contamos con el liderazgo y gobernantes con la voluntad para propiciar la Unidad Nacional en torno a una estrategia y programa político que ponga en primer lugar la búsqueda del bienestar de la gente, la permanencia de la nación y de la República Democrática” manifestó Moreno.
Moreno consideró que urge hacer una profunda modificación al actual presupuesto y adaptarlo a los requerimientos de una economía de emergencia nacional, que es en la que nos encontramos y estaremos viviendo por el resto del año. Como es sabido, no podemos contar por todos estos meses con la reactivación del turismo, de las remesas, de las exportaciones de las zonas francas que han sido el sostén del crecimiento en el país. Es decir, la Economía de Emergencia Nacional tiene que enfocarse en garantizar la sostenibilidad del país a partir de nuestros propios recursos, pues tendremos pocas opciones para la generación de divisas desde el exterior.”
Explicó que “para dar respuesta a la crisis en desarrollo tendremos que direccionalizar recursos en i) préstamos blandos y bajo palabra a la mediana y pequeña empresa; ii) inyectar los recursos necesarios al Banco Agrícola para poner el campo dominicano a producir sin que los productores se vean obligados a recurrir al crédito informal; iii) desarrollar un plan para la preservación del recurso agua y garantizar la tecnología para su uso eficiente. Por esa vía no solo estaremos creando empleo sino garantizando la alimentación básica con la producción de pastas, aceites, embutidos, carne, leche, huevo, queso, arroz, habichuelas, víveres, entre otros.”
Dijo que “el gobierno tiene que asumir el compromiso de mejorar la calidad del gasto eliminando el despilfarro y dispendio de recursos; reducir los salarios a todos los altos funcionarios del Estado así como el barrilito y el cofrecito; suprimir las instituciones públicas duplicadas y sin real función; no pagar adefesio como la nueva acreencia de 395.5 MM con Odebrecht o el llamado “peaje sombra”.
Además, en las circunstancias actuales la deuda pública es impagable por lo que hay que buscar uno o dos años de gracia en la deuda multilateral y la mora o una baja del interés en la deuda privada y “cuasifiscal”. También la modificación de la Ley de seguridad social y eliminar las excesivas ganancias del sector financiero y garantizar pensiones dignas y un fondo de protección para los trabajadores. Retener el 25% de los aportes del Estado pendientes de entrega a los partidos políticos, entre otras”.