QUE POLIITCA, SANTO DOMINGO.- Una de las consecuencias de la pandemia del coronavirus que más tiempo y recursos requerirán es la salud mental que ha ocasionado el Covid-19, moviendo los cimientos de la humanidad en todo el planeta y marcando a toda una generación, como ocurrió en la Primera o Segunda Guerra Mundial, la Guerra Fría o la Gran Depresión.
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El análisis es de la exvicepresidenta de la República e integrante del Comité Político del Partido de la Liberación Dominicana, Margarita Cedeño en su artículo publicado este martes en el Listín Diario y Vanguardia del Pueblo Digital, reseñado por la Secretaría de Comunicaciones del PLD.
Bajo el título “Consecuencias de una pandemia, Margarita Cedeño refiere que la prensa nacional reporta una investigación de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra, que arroja que cuatro de cada diez dominicanos sufren ataques de ansiedad producto de la pandemia, la mayoría de ellos nunca había experimentado una crisis de este tipo antes.
“Esta es solo una de las manifestaciones de la crisis de la pandemia en la salud mental. Otros han sufrido dificultades para dormir, desórdenes alimenticios, abuso del alcohol y de otras sustancias psicotrópicas, estrés, depresión y actitudes suicidas. La evidencia científica nos alerta sobre la necesidad impostergable de diseñar políticas públicas para abordar la problemática de la salud mental a tiempo”, apunta Cedeño.
Agrega que previo a la pandemia, los sistemas de salud en toda la región tenían poca o nula capacidad para responder adecuadamente a la carga de trastornos mentales.
Detalla que en los países de ingresos medios, como el caso de República Dominicana, entre un 76% y un 85% de los ciudadanos con trastornos mentales graves no reciben el tratamiento adecuado y que en muchos casos las personas ni siquiera tienen conciencia de la existencia de enfermedades mentales que, de no ser tratadas correctamente por profesionales, pueden resultar en serias limitaciones para el desarrollo personal y profesional.
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“Desde antes de la pandemia, la Organización Mundial de la Salud ha postulado por el aumento de la inversión para la salud mental, mediante el diseño e implementación de servicios de base comunitaria, es decir, integrando la salud mental al resto de los servicios de atención sanitaria en general”, explica.
Señala que familiares afectados por el confinamiento o por la pérdida de un ser querido, personas que han sufrido el virus del COVID y han quedado con secuelas que les impiden retornar a la normalidad, “jóvenes que acaban de entrar a la universidad y no conocen a sus compañeros, padres y madres que han perdido sus ingresos, el impacto del cierre de los centros educativos, las deudas económicas, en fin, un sinnúmero de situaciones que agravan la salud mental”.
La exvicepresidenta de la República considera que los próximos años serán difíciles y las secuelas de la pandemia en la salud mental de los ciudadanos debe ser una prioridad del sistema de salud y de las políticas públicas, que deben elaborarse con el apoyo científico y técnico del Colegio Dominicano de Psicólogos y de la Sociedad Dominicana de Psiquiatría.
El análisis es de la exvicepresidenta de la República e integrante del Comité Político del Partido de la Liberación Dominicana, Margarita Cedeño en su artículo publicado este martes en el Listín Diario y Vanguardia del Pueblo Digital, reseñado por la Secretaría de Comunicaciones del PLD.
Bajo el título “Consecuencias de una pandemia, Margarita Cedeño refiere que la prensa nacional reporta una investigación de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra, que arroja que cuatro de cada diez dominicanos sufren ataques de ansiedad producto de la pandemia, la mayoría de ellos nunca había experimentado una crisis de este tipo antes.
“Esta es solo una de las manifestaciones de la crisis de la pandemia en la salud mental. Otros han sufrido dificultades para dormir, desórdenes alimenticios, abuso del alcohol y de otras sustancias psicotrópicas, estrés, depresión y actitudes suicidas. La evidencia científica nos alerta sobre la necesidad impostergable de diseñar políticas públicas para abordar la problemática de la salud mental a tiempo”, apunta Cedeño.
Agrega que previo a la pandemia, los sistemas de salud en toda la región tenían poca o nula capacidad para responder adecuadamente a la carga de trastornos mentales.
Detalla que en los países de ingresos medios, como el caso de República Dominicana, entre un 76% y un 85% de los ciudadanos con trastornos mentales graves no reciben el tratamiento adecuado y que en muchos casos las personas ni siquiera tienen conciencia de la existencia de enfermedades mentales que, de no ser tratadas correctamente por profesionales, pueden resultar en serias limitaciones para el desarrollo personal y profesional.
“Desde antes de la pandemia, la Organización Mundial de la Salud ha postulado por el aumento de la inversión para la salud mental, mediante el diseño e implementación de servicios de base comunitaria, es decir, integrando la salud mental al resto de los servicios de atención sanitaria en general”, explica.
Señala que familiares afectados por el confinamiento o por la pérdida de un ser querido, personas que han sufrido el virus del COVID y han quedado con secuelas que les impiden retornar a la normalidad, “jóvenes que acaban de entrar a la universidad y no conocen a sus compañeros, padres y madres que han perdido sus ingresos, el impacto del cierre de los centros educativos, las deudas económicas, en fin, un sinnúmero de situaciones que agravan la salud mental”.
La exvicepresidenta de la República considera que los próximos años serán difíciles y las secuelas de la pandemia en la salud mental de los ciudadanos debe ser una prioridad del sistema de salud y de las políticas públicas, que deben elaborarse con el apoyo científico y técnico del Colegio Dominicano de Psicólogos y de la Sociedad Dominicana de Psiquiatría.