QUE POLITICA, SANTO DOMINGO.- El presidente del Bloque Institucional Socialdemócrata (BIS), José Francisco Peña Guaba, aseguró que en la República Dominicana, todavía es impensable lograr, un sistema judicial verdaderamente independiente del Poder Ejecutivo o de influencias políticas e ideológicas.
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En su más reciente articulo de opinión titulado “La judicialización de la política” Peña Guaba señaló que, nuestro sistema judicial no se encuentra alejado del poder porque son designados por quien detenta el poder de turno, y siempre ha sido así, antes y ahora en diferente formas pero, con igual resultado.
Indicó que la única vez que se dividió los intereses judiciales, el Ministerio Público de la judicatura, fue en el 1978, que para llegar al Gobierno, el PRD aceptó entregarle el control del Senado al Partido Reformista y al Dr. Balaguer como forma de controlar sus miedos ante los tantos hechos judicializables cometidos y con ello otorgar el poder de designar la casi totalidad de los jueces que a la sazón era de la competencia de la cámara alta.
Dijo que después de ahí todos los Gobiernos han designado en los altos tribunales de la República, por lo cual está claro que existe una relación cercana entre el Poder Judicial y el Poder Ejecutivo.
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Afirmó que siempre la justicia (Ministerio Público y jueces) han estado al servicio del poder, “solo hay que hacer memoria de los infaustos doce años para no hablar de la dictadura Trujillista, que fueron estos los que validaron con imputaciones alegres y sentencias abominables las prisiones de carácter político a todo lo más excelso y granado de la juventud de la época que enviaron a las ergástulas del régimen a todo los disidentes a sus ideas o al partido oficial”, acotó.
Manifestó que con judicializar la política inicia un controvertido círculo del odio, y la venganza que termina siempre por llevarse a la clase política y también al sistema judicial, porque terminan a efecto del manejo imprudente de ambos y todos desacreditados.
Manifestó que con judicializar la política inicia un controvertido círculo del odio, y la venganza que termina siempre por llevarse a la clase política y también al sistema judicial, porque terminan a efecto del manejo imprudente de ambos y todos desacreditados.
“Veamos lo que está pasando actualmente en el Perú y en Brasil, que es posible que también pase en España si no se dirimen los asuntos políticos por la sociedad, fuera del ámbito de los tribunales porque de no ser así, se pone en riesgo la misma integridad territorial del Reino”, sostuvo.