Toda la dedicación y el empeño que ha impregnado el alcalde Abel Martínez, a su administración, le colocan en los primeros lugares en la evaluación que realiza el Sistema de Monitoreo de la Administración Pública, (SISMAP), que, en su más reciente estudio, el cabildo de Santiago ocupa el primer lugar en el ranking combinado, dado a conocer por ese organismo.
El Ayuntamiento de Santiago encabeza dicho monitoreo con un promedio general de 90.76 %, mientras que en lo que respecta a la gestión interna, acumula el 95.26 y en el área de servicios, encabeza con 86.25%, colocándolo por encima del resto de los gobiernos locales en todo el territorio nacional.
La limpieza diaria en todo el municipio, la recolección de los desechos sólidos, en barrios y urbanizaciones, el programa de señalización de calles y avenidas, limpieza de mercados, cementerios y las plazas públicas, es la tarea habitual de los servidores municipales que laboran desde tempranas horas en todo el perímetro urbano y sub urbano del municipio.
El alcalde Abel Martínez, se ha convertido en la bujía inspiradora para que los trabajadores de las diferentes brigadas hayan asumido un trabajo con amor en beneficio de las diversas comunidades que componen la municipalidad, dando fiel cumplimiento a su sagrada misión de servicio.
En cuanto a los servicios que ofrece el cabildo desde su sede central, todos los departamentos experimentan avances muy significativos en comparación con lo que ocurría en el pasado, ya que en la actualidad se ofrecen las mayores facilidades para que los contribuyentes se sientan plenamente satisfechos.
Departamentos como, Obras Públicas Municipales, Planeamiento Urbano, Conservaduría de Hipotecas, Recaudaciones, Dirección de Mercados, Dirección de Cementerios, Departamento Jurídico y otros, cuentan con un personal debidamente entrenado para brindarle a los contribuyentes las atenciones y facilidades necesarias.
El orden y la transparencia en el trabajo, tanto interno como a lo externo, ha sido una gran conquista de la municipalidad santiaguera, que antes se exponía hasta a ser estafada con las irregularidades que se cometían con la realización de operaciones clandestinas, que se traducían en perjuicio para los intereses e ingresos del ayuntamiento local.