QUE POLITICA, SANTO DOMINGO.- El ministro de Economía, Planificación y Desarrollo, Miguel Ceara Hatton, resaltó que la gastronomía sostenible es fundamental para el desarrollo de las comunidades menos favorecidas e impulsa la seguridad alimentaria y la producción de alimentos, principalmente en las poblaciones vulnerables.
Citó, sin embargo, que para garantizar la seguridad alimentaria se deben superar los desafíos de la producción de alimentos, generar divisas para importar los que no se producen en los territorios, eliminar la pobreza monetaria extrema y, sobre todo, asegurar la alimentación en un contexto insular como el de la República Dominicana.
Ceara Hatton pronunció las palabras de apertura del Foro Iberoamericano sobre Gastronomía y Alimentación Sostenible, una de las actividades previas de la XXVIII Cumbre Iberoamericana, de la cual la República Dominicana es la secretaria Pro tempore, razón por la cual en 2022 será sede el cónclave que reúne a los 22 países que integran la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB).
“Desde la República Dominicana, reconocemos la importancia de contar con sistemas alimentarios sostenibles, considerando su valor para enfrentar la crisis climática y de la degradación del medio ambiente”, precisó Ceara Hatton.
El economista indicó que “erradicar el hambre es uno de los primeros objetivos tanto de los ODM como de los ODS (ODS2-hambre cero)”.
Ceara Hatton explicó que el desafío de la producción de alimentos implica “romper” cinco restricciones: recurso tierra, disponibilidad del agua, el crédito, la tecnología y los mercados, con los cuales trabaja en su reducción la presente gestión de Gobierno.
“Esto implica impulsar una política integral de apoyo para la transformación de las pequeñas unidades productivas que contribuya a eliminar las barreras de acceso a recursos, a conocimientos y mercados”, precisó el ministro.
Indicó que la transformación “implica una transición hacia sistemas productivos más sostenibles y con una reducida huella de carbono, en el contexto de una isla como la que vivimos”.
Ceara Hatton precisó que la superación del desafío de superar divisas requiere de la transformación productiva y de aprendizajes tecnológicos, así como diversificar la exportación de bienes y servicios.
“Reducir la pobreza monetaria extrema es fundamental, porque es el ingreso de los hogares lo que permite adquirir alimentos; por lo tanto, implica salarios reales crecientes, tanto laborales, que dependen de mejorar la productividad y de las pujas distributivas; así como el salario social, este último garantía de la equidad y de mejores servicios públicos”.
Reiteró que el cuarto desafío deviene de la insularidad e implica los efectos del cambio climático, “por ejemplo los huracanes afectan la capacidad productiva general y de alimentos en particular”.
El desafío de la insularidad también se relaciona con una “pequeñez económica que supone una mayor dependencia de importaciones y alimentos y mayores riesgos frente a shocks”.
Señaló que la dependencia alimentaria externa “ha sido exacerbada por la apertura comercial”, que implica la “penetración de importaciones baratas de alimentos ricos en azucares y carbohidratos, procesados en sustitución de alimentos de mayor contenido nutricional”.
El ministro de Economía externó su preocupación por “la penetración de importaciones” que han generado un deterioro de la calidad de la dieta y una doble carga nutricional: subalimentación y sobrepeso y obesidad”.
El economista extendió el agradecimiento a la SEGIB, entidad con la cual se ha organizado del Foro Iberoamericano sobre Gastronomía y Alimentación Sostenible, al igual que al Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), a la de la Organización de las Naciones Unidas para Alimentación (FAO) y a la cooperación española, “quienes han acompañado en las reflexiones a los países iberoamericanos, con importantes aportes”.
En la inauguración del foro estuvieron Ruben Silié, viceministro de Cooperación Multilateral, Coordinador Nacional para el espacio (SEGIB); Julio Berdegué, subdirector general y representante regional de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) para Latam y el Caribe; Ignacio Uriarte, director de Planeamiento, Coordinación, Evaluación y Seguimiento de la Secretaría para la Cooperación Iberoamericana (SEGIB), y Olaya Dotel, viceministra de cooperación Internacional del MEPYD y responsable de Cooperación Nacional para SEGIB.
Citó, sin embargo, que para garantizar la seguridad alimentaria se deben superar los desafíos de la producción de alimentos, generar divisas para importar los que no se producen en los territorios, eliminar la pobreza monetaria extrema y, sobre todo, asegurar la alimentación en un contexto insular como el de la República Dominicana.
Ceara Hatton pronunció las palabras de apertura del Foro Iberoamericano sobre Gastronomía y Alimentación Sostenible, una de las actividades previas de la XXVIII Cumbre Iberoamericana, de la cual la República Dominicana es la secretaria Pro tempore, razón por la cual en 2022 será sede el cónclave que reúne a los 22 países que integran la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB).
“Desde la República Dominicana, reconocemos la importancia de contar con sistemas alimentarios sostenibles, considerando su valor para enfrentar la crisis climática y de la degradación del medio ambiente”, precisó Ceara Hatton.
El economista indicó que “erradicar el hambre es uno de los primeros objetivos tanto de los ODM como de los ODS (ODS2-hambre cero)”.
Los desafíos
Ceara Hatton explicó que el desafío de la producción de alimentos implica “romper” cinco restricciones: recurso tierra, disponibilidad del agua, el crédito, la tecnología y los mercados, con los cuales trabaja en su reducción la presente gestión de Gobierno.
“Esto implica impulsar una política integral de apoyo para la transformación de las pequeñas unidades productivas que contribuya a eliminar las barreras de acceso a recursos, a conocimientos y mercados”, precisó el ministro.
Indicó que la transformación “implica una transición hacia sistemas productivos más sostenibles y con una reducida huella de carbono, en el contexto de una isla como la que vivimos”.
Ceara Hatton precisó que la superación del desafío de superar divisas requiere de la transformación productiva y de aprendizajes tecnológicos, así como diversificar la exportación de bienes y servicios.
“Reducir la pobreza monetaria extrema es fundamental, porque es el ingreso de los hogares lo que permite adquirir alimentos; por lo tanto, implica salarios reales crecientes, tanto laborales, que dependen de mejorar la productividad y de las pujas distributivas; así como el salario social, este último garantía de la equidad y de mejores servicios públicos”.
Reiteró que el cuarto desafío deviene de la insularidad e implica los efectos del cambio climático, “por ejemplo los huracanes afectan la capacidad productiva general y de alimentos en particular”.
El desafío de la insularidad también se relaciona con una “pequeñez económica que supone una mayor dependencia de importaciones y alimentos y mayores riesgos frente a shocks”.
Señaló que la dependencia alimentaria externa “ha sido exacerbada por la apertura comercial”, que implica la “penetración de importaciones baratas de alimentos ricos en azucares y carbohidratos, procesados en sustitución de alimentos de mayor contenido nutricional”.
El ministro de Economía externó su preocupación por “la penetración de importaciones” que han generado un deterioro de la calidad de la dieta y una doble carga nutricional: subalimentación y sobrepeso y obesidad”.
El economista extendió el agradecimiento a la SEGIB, entidad con la cual se ha organizado del Foro Iberoamericano sobre Gastronomía y Alimentación Sostenible, al igual que al Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), a la de la Organización de las Naciones Unidas para Alimentación (FAO) y a la cooperación española, “quienes han acompañado en las reflexiones a los países iberoamericanos, con importantes aportes”.
En la inauguración del foro estuvieron Ruben Silié, viceministro de Cooperación Multilateral, Coordinador Nacional para el espacio (SEGIB); Julio Berdegué, subdirector general y representante regional de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) para Latam y el Caribe; Ignacio Uriarte, director de Planeamiento, Coordinación, Evaluación y Seguimiento de la Secretaría para la Cooperación Iberoamericana (SEGIB), y Olaya Dotel, viceministra de cooperación Internacional del MEPYD y responsable de Cooperación Nacional para SEGIB.