La
Marcha Verde
apareció en el año 2017 como un movimiento ciudadano que tenía como lema
“luchar contra corrupción” y el “fin de la impunidad” en la República
Dominicana.
Durante varios años fueron los dueños de las principales avenidas del Distrito Nacional con sus grandes convocatorias pidiendo sanciones para los actos de corrupción de los gobierno del ahora opositor Partido de la Liberación Dominicana (PLD).
Durante varios años fueron los dueños de las principales avenidas del Distrito Nacional con sus grandes convocatorias pidiendo sanciones para los actos de corrupción de los gobierno del ahora opositor Partido de la Liberación Dominicana (PLD).
En sus marchas de aquel entonces, no aceptaron a políticos, excepto al hoy presidente Luis Abinader, siendo candidato del Partido Revolucionario Moderno (PRM). Tanta fue la complicidad con ese partido que un mes antes de las elecciones de mayo 2020, un grupo de importantes dirigentes decidió apoyar directamente la candidatura de Abinader.
Ya con el PRM en el poder, los cabecillas de la Marcha Verde
fueron designados con importantes posiciones
dentro del tren gubernamental. Esto generó fuertes criticas durante
varias semanas en diferentes redes sociales.
A miembros del grupo verde los tildaron de oportunistas y de ser un brazo
político durante muchos años al servicio del PRM y Luis Abinader.
La lucha de la Marcha Verde tiene al parecer un
velo morado
que no la deja ver corrupción e impunidad de ningún otro partido. Hoy
con el PRM en el poder son numerosos los escándalos sobre los cuales no se
han manifestado; son ciegos, sordos y mudos.
La historia nos ha enseñado que los llamados grupos de la “sociedad
civil” comen en todos los gobiernos y cuando el barco está a punto de
hundirse, son los primeros en saltar. Habrá que ver cuanto le dura el
romance a los verdes con el PRM.
Por Yeison Mateo