Un terremoto de magnitud 6,2 sacudió este viernes el
este de Tokio y se sintió con fuerza en la región capitalina, sin que se
activara la alerta de tsunami ni
hayan constado por el momento daños derivados del mismo.
El seísmo tuvo lugar a las 19:03 hora local (10:03 GMT) del viernes y tuvo su epicentro a 50 kilómetros de profundidad bajo el lecho marino frente a la costa norte de la prefectura de Chiba, al este de Tokio, según informó la Agencia Meteorológica de Japón (JMA).
El temblor alcanzó el nivel 5- en la escala sísmica nipona (de 7 niveles y centrada en medir la agitación sobre la superficie y los potenciales daños) en la zona norte de Chiba y en la colindante prefectura de Ibaraki, mientras que en Tokio se registró un nivel 3.
El terremoto causó la suspensión de algunos tramos de líneas ferroviarias locales en Chiba, así como retrasos por motivos de seguridad en la línea de alta velocidad Tohoku Shinkansen.
Japón se asienta sobre el llamado Anillo de Fuego, una de las zonas sísmicas más activas del mundo, y sufre terremotos con relativa frecuencia, por lo que sus infraestructuras están especialmente diseñadas para aguantar los temblores.
El seísmo tuvo lugar a las 19:03 hora local (10:03 GMT) del viernes y tuvo su epicentro a 50 kilómetros de profundidad bajo el lecho marino frente a la costa norte de la prefectura de Chiba, al este de Tokio, según informó la Agencia Meteorológica de Japón (JMA).
El temblor alcanzó el nivel 5- en la escala sísmica nipona (de 7 niveles y centrada en medir la agitación sobre la superficie y los potenciales daños) en la zona norte de Chiba y en la colindante prefectura de Ibaraki, mientras que en Tokio se registró un nivel 3.
El terremoto causó la suspensión de algunos tramos de líneas ferroviarias locales en Chiba, así como retrasos por motivos de seguridad en la línea de alta velocidad Tohoku Shinkansen.
Japón se asienta sobre el llamado Anillo de Fuego, una de las zonas sísmicas más activas del mundo, y sufre terremotos con relativa frecuencia, por lo que sus infraestructuras están especialmente diseñadas para aguantar los temblores.