En vísperas de las elecciones municipales de febrero 2024, el presidente
Luis Abinader, y su partido, el Partido Revolucionario Moderno (PRM), se encuentran ante un desafío significativo.
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Desde su toma de posesión, Abinader ha hecho hincapié en la necesidad de mejorar la calidad de vida de los dominicanos y en la importancia de la inversión en infraestructura para lograrlo. Sin embargo, hasta la fecha, se han visto pocos avances tangibles en este sentido. Las promesas de grandes proyectos de desarrollo y mejora de servicios básicos, como el agua potable, el transporte, energía eléctrica y otros más, han quedado en el aire, generando incertidumbre entre los ciudadanos sobre el rumbo que está tomando el país.
A pesar de haber prometido un cambio y desarrollo para el país durante su
campaña electoral, el Gobierno actual se enfrenta a la realidad de llegar a
estos comicios sin grandes obras para mostrar a los ciudadanos. Esta
situación ha generado una creciente desilusión entre la población, quienes
esperaban avances concretos en infraestructura y servicios públicos.
Desde su toma de posesión, Abinader ha hecho hincapié en la necesidad de mejorar la calidad de vida de los dominicanos y en la importancia de la inversión en infraestructura para lograrlo. Sin embargo, hasta la fecha, se han visto pocos avances tangibles en este sentido. Las promesas de grandes proyectos de desarrollo y mejora de servicios básicos, como el agua potable, el transporte, energía eléctrica y otros más, han quedado en el aire, generando incertidumbre entre los ciudadanos sobre el rumbo que está tomando el país.
Al contrario, lo que ha ocurrido es que la delincuencia está peor que nunca
y los servicios en las instituciones públicas han empeorado bastante.
Otro aspecto que ha generado controversia es el manejo de los fondos públicos. A pesar de los esfuerzos declarados por combatir la corrupción y la transparencia en el Gobierno, han surgido denuncias de malversación de fondos y escándalos de corrupción que han afectado la credibilidad de la gestión de Abinader y el PRM. Esto ha reforzado la percepción entre la población de que el Gobierno no está cumpliendo con sus promesas y que la situación no ha mejorado significativamente desde el cambio de mandato.
Otro aspecto que ha generado controversia es el manejo de los fondos públicos. A pesar de los esfuerzos declarados por combatir la corrupción y la transparencia en el Gobierno, han surgido denuncias de malversación de fondos y escándalos de corrupción que han afectado la credibilidad de la gestión de Abinader y el PRM. Esto ha reforzado la percepción entre la población de que el Gobierno no está cumpliendo con sus promesas y que la situación no ha mejorado significativamente desde el cambio de mandato.