Los gobiernos cuando deciden ir en busca de una reelección presidencial, suelen basar la misma en las ejecutorias de la administración como pilar principal.
En el torneo electoral que se lleva en la República Dominicana, con el Partido Revolucionario Moderno (PRM) dirigiendo los destinos del país, ese no parece ser el caso en cuestión.
$ads={1}
Los perremeístas dan a entender no tener una obra de
gobierno que mostrar y se han dedicado a dañar la credibilidad en el sistema
de partidos, auspiciando el
transfuguismo como nunca antes. En la oposición fueron duros críticos cuando el Partido
de la Liberación Dominicana (PLD) ostentaba el poder; hoy han perdido los
escrúpulos y quieren retener el poder a toda costa.
Han
convertido la política dominicana en un mercado persa poniendo precio y
comprando todo lo que se venda. Algo que, a la larga será sumamente dañino
para si sistema político dominicano que hoy en día no goza del respeto y
apoyo social que le debería merecer.
La historia no se queda con
lo de nadie. Pronto la sociedad verá los nefastos resultados de acoger sin
asombro que los políticos brinquen sin pudor de un partido a otro como si se
tratase de cambiarse una camisa.