NUEVA YORK.- El Concejo Municipal de NYC aprobó este miércoles una "Ley para detener la propagación del ruido en vehículos de motor", cuyo objetivo es
brindar la paz y tranquilidad, día y noche, a los ciudadanos de esta
ciudad.
La contaminación acústica, considerada un “peligro oculto para la salud”, recibe menos atención que la contaminación del aire o del agua, pero puede ser igual de peligrosa.
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La ley para detener la propagación del ruido en la Gran Manzana implementa políticas nuevas, incluido un nuevo programa de cámaras de ruido, similar a las que detectan velocidad, que le tomarían fotos a las placas de quienes lleven su audio a niveles de 85 decibeles o más.
Las cámaras detectarían música alta, así como también el sonido excesivo que surge del mufle de las motocicletas y carros que han sido modificados, precisamente para exagerar el sonido.
Asimismo, a petición de un residente de apartamento para que midan los niveles de sonido, los inspectores pueden entrar a la vivienda para realizar una inspección de ruido, lo que soluciona una complicación técnico-legal que ha obstaculizado algunas investigaciones en el pasado.
Las quejas por ruido al 311 se han disparado un 241% desde octubre de 2019.
Los vecindarios de Inwood y Washington Heights, en el Alto Manhattan, son de los más afectados en toda la ciudad por los constantes ruidos de carros y motores a todas horas del día.
La contaminación acústica, considerada un “peligro oculto para la salud”, recibe menos atención que la contaminación del aire o del agua, pero puede ser igual de peligrosa.
La ley para detener la propagación del ruido en la Gran Manzana implementa políticas nuevas, incluido un nuevo programa de cámaras de ruido, similar a las que detectan velocidad, que le tomarían fotos a las placas de quienes lleven su audio a niveles de 85 decibeles o más.
Las cámaras detectarían música alta, así como también el sonido excesivo que surge del mufle de las motocicletas y carros que han sido modificados, precisamente para exagerar el sonido.
Asimismo, a petición de un residente de apartamento para que midan los niveles de sonido, los inspectores pueden entrar a la vivienda para realizar una inspección de ruido, lo que soluciona una complicación técnico-legal que ha obstaculizado algunas investigaciones en el pasado.
Las quejas por ruido al 311 se han disparado un 241% desde octubre de 2019.
Los vecindarios de Inwood y Washington Heights, en el Alto Manhattan, son de los más afectados en toda la ciudad por los constantes ruidos de carros y motores a todas horas del día.