La presentadora y productora de televisión Mariasela Álvarez, ante lo que considera una campaña difamatoria contra dos de sus hijos, dijo este martes estar convencida “de que la verdad y la dignidad son siempre el mejor camino frente a la calumnia y la desinformación”.
Atribuyó a una “maldad y un retorcimiento” la campaña que afirma se ha tejido contra su hijo Andrés Alberto del Pino, de 39 años, por un contrato que tiene con el Estado y otra hija de 28 años que trabaja para el Ministerio de Turismo.
Dijo que los ataques, a los que llamó “agresiones”, son desagradables, pero reconoce que son parte del precio que se paga por una trayectoria profesional.
La ex miss Mundo (1982) refiere que sus hijos han sido criados con valores de honestidad y trabajo duro.
Reafirmó estar consciente de que me expone a una nueva oleada de críticas, para lo que asegura estar preparada.
Mariasela Álvarez emite tales puntualizaciones en un documento que ha hecho público y el cual reproducimos de manera íntegra a continuación:
A la sociedad racional y sensata
Personas de alto aprecio y gran valoración me han aconsejado guardar silencio ante una ola de injurias dirigidas hacia mí y dos de mis hijos. Comprendo su punto de vista, ya que siempre estaré en desventaja frente a la intención de dañar, la cerrazón, el fanatismo y el resentimiento.Sin embargo, he decidido plasmar estas palabras por escrito, no como una respuesta a la maldad y el retorcimiento, que son imposibles de convencer, sino como un testimonio para una sociedad racional y sensata, y como legado digital para las generaciones presentes y futuras de mi familia.
A lo largo de mis 31 años en los medios de comunicación, he enfrentado campañas infundadas que han intentado desprestigiarme sin éxito. Estas agresiones, aunque desagradables, son parte del precio que se paga por una trayectoria profesional. Sin embargo, frente a la reciente campaña difamatoria contra dos de mis cuatro hijos, me veo en la necesidad, como madre y ciudadana, de dar la cara por segunda vez.En relación con mi hijo mayor, que cuenta con 39 años y 17 de ejercicio profesional, y como representante de una prestigiosa firma tecnológica de los EE.UU., ha participado en una licitación legal, transparente y auditable desde el punto de vista técnico y comercial. Su éxito, revestido de ética, no proviene de mi influencia o promoción, sino de su dedicación y capacidad.
Sobre mi hija de 28 años, graduada de FIU y con experiencia en el
sector hotelero internacional, actualmente colabora con el MITUR para
impulsar el turismo en nuestro país. La compensación que recibe
corresponde únicamente a sus servicios profesionales al Estado. Ambos,
criados con valores de honestidad y trabajo duro, han elegido quedarse en
su país, demostrando así su compromiso y amor por nuestra tierra.
Además,
quiero destacar que nunca tendrá precio mi capacidad crítica frente a los
fenómenos sociales, políticos y económicos de interés para la mayoría de
los dominicanos y, en particular, para la fiel audiencia que justifica la
razón de ser de mi emprendimiento en los medios de comunicación.
Para
concluir, mi hijo menor me recordó, en un audio reciente que me hizo
brotar lágrimas, el legado que estoy dejando: una vida profesional y
personal de la cual mis hijos nunca tendrán que avergonzarse. Este es el
verdadero valor que buscamos transmitir como padres. Aunque soy consciente
de que me expongo a una nueva oleada de críticas, estoy preparada para
ello.
Agradezco profundamente los mensajes de respaldo de gente
buena, que refuerzan mi convicción de que la verdad y la dignidad son
siempre el mejor camino frente a la calumnia y la desinformación.
Mariasela
Álvarez