América Latina y el Caribe ha sido la región más perjudicada por el dengue si
se considera que batió récords durante 2023: se registraron más de 4,3
millones de casos. Dentro de ese total, 7423 personas sufrieron el dengue
grave y 2.232 fallecieron, según la última actualización de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
El problema no es sólo de salud pública sino también ambiental. Con el aumento de las temperaturas promedio del planeta por la emisión de gases de invernadero por actividades humanas, desde hace más de dos décadas se había advertido que podían aumentar los casos de personas afectadas por enfermedades como el dengue, y -lamentablemente- eso ocurrió.
Los mosquitos que transmiten la enfermedad del dengue expandieron sus hábitats al haber zonas con temperaturas más favorables y se combinó con la falta de control masivo, como la eliminación constante de criaderos.
Brasil fue el país que más casos ha notificado en la región (más de 2,9 millones). En la Argentina, se reportaron 128.129 casos autóctonos y 1.775 importados y hubo 71 muertes, según el Ministerio de Salud de la Nación.
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La mayoría de las personas que adquieren la infección causada por el virus del dengue desarrolla un cuadro leve. Pero hasta el 5% de los infectados puede evolucionar a dengue grave.
“Se considera que la primera infección por dengue proporciona una protección duradera para el serotipo del virus que causó la infección, gracias a los anticuerpos generados. Sin embargo, la protección para los otros tres serotipos es limitada”, dijo a Infobae Thais dos Santos, asesora regional de la OPS en Vigilancia y Control de Arbovirosis.
“Cuando una persona se infecta nuevamente con un serotipo diferente del dengue, los anticuerpos que tiene de una infección anterior son capaces de atrapar el virus, pero no pueden destruirlo. Entonces, la reacción inmunológica en sí desencadena procesos que pueden resultar en síntomas graves”, resaltó.
El problema no es sólo de salud pública sino también ambiental. Con el aumento de las temperaturas promedio del planeta por la emisión de gases de invernadero por actividades humanas, desde hace más de dos décadas se había advertido que podían aumentar los casos de personas afectadas por enfermedades como el dengue, y -lamentablemente- eso ocurrió.
Los mosquitos que transmiten la enfermedad del dengue expandieron sus hábitats al haber zonas con temperaturas más favorables y se combinó con la falta de control masivo, como la eliminación constante de criaderos.
Brasil fue el país que más casos ha notificado en la región (más de 2,9 millones). En la Argentina, se reportaron 128.129 casos autóctonos y 1.775 importados y hubo 71 muertes, según el Ministerio de Salud de la Nación.
La mayoría de las personas que adquieren la infección causada por el virus del dengue desarrolla un cuadro leve. Pero hasta el 5% de los infectados puede evolucionar a dengue grave.
“Se considera que la primera infección por dengue proporciona una protección duradera para el serotipo del virus que causó la infección, gracias a los anticuerpos generados. Sin embargo, la protección para los otros tres serotipos es limitada”, dijo a Infobae Thais dos Santos, asesora regional de la OPS en Vigilancia y Control de Arbovirosis.
“Cuando una persona se infecta nuevamente con un serotipo diferente del dengue, los anticuerpos que tiene de una infección anterior son capaces de atrapar el virus, pero no pueden destruirlo. Entonces, la reacción inmunológica en sí desencadena procesos que pueden resultar en síntomas graves”, resaltó.