Dos explosiones con minutos de diferencia durante un evento para honrar a un
importante general iraní asesinado en un ataque aéreo de Estados Unidos en
2020 han matado a por lo menos 103 personas y herido a 141, informó el
miércoles la prensa estatal iraní.
Un funcionario de alto rango señaló que las explosiones habían sido un ataque “terrorista”, sin dar detalles sobre quién podría estar detrás de ellos en medio de tensiones generalizadas en Oriente Medio por la guerra de Israel contra Hamás en la Franja de Gaza. De momento, ningún grupo se atribuyó la autoría.
Las explosiones sacudieron un acto que conmemoraba el cuarto aniversario del asesinato del general Qassem Soleimani, jefe de la Fuerza Quds de la Guardia Revolucionaria, un grupo de élite, que murió en un ataque estadounidense con drones en Irak en enero de 2020. Las explosiones se produjeron cerca de su tumba en Kerman, a unos 820 kilómetros (510 millas) al sureste de la capital, Teherán.
Las imágenes sugieren que la segunda explosión se produjo unos 15 minutos después de la primera. Los extremistas suelen utilizar el retraso de la segunda explosión para atacar al personal de emergencia que acude al lugar de los hechos y causar más víctimas.
En las imágenes de la televisión pública se oían gritos.
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El vicegobernador de Kerman, Rahman Jalali, señaló que se trataba de un ataque “terrorista” sin proporcionar más detalles. Irán tiene varios enemigos que podrían estar detrás de asalto, incluidos grupos exiliados, organizaciones milicianas y otros actores estatales. Irán apoya a Hamás así como a la milicia chií libanesa Hezbollah y a los rebeldes hutíes.
Soleimani fue el arquitecto de las actividades militares regionales de Irán y es considerado un ícono nacional entre los partidarios de la teocracia del país. También ayudó a asegurar el gobierno del presidente sirio Bashar Assad luego de que las protestas de la Primavera Árabe en 2011 en su contra se volvió una guerra civil, que más tarde creció a una regional, que sigue hasta hoy en día.
La popularidad y misticismo de Soleimani, que era poco conocido en Irán hasta la invasión en 2003 de Estados Unidos de Irak, creció luego de que funcionarios estadounidenses pidieran su asesinato por su ayuda para armar a militantes con bombas penetrantes colocadas al borde de las carreteras que mataron y mutilaron a tropas estadounidenses.
Una década y media después, Soleimani se había convertido en el comandante más reconocido, ignorando los llamados de meterse a la política, pero haciéndose tan poderoso, si no más, que sus dirigentes civiles.
Finalmente, un ataque con drones lanzado por la administración de Donald Trump acabó con la vida del general, parte de la escalada de incidentes que siguió a la retirada unilateral de Estados Unidos en 2018 del acuerdo nuclear de Teherán con las potencias mundiales.
Un funcionario de alto rango señaló que las explosiones habían sido un ataque “terrorista”, sin dar detalles sobre quién podría estar detrás de ellos en medio de tensiones generalizadas en Oriente Medio por la guerra de Israel contra Hamás en la Franja de Gaza. De momento, ningún grupo se atribuyó la autoría.
Las explosiones sacudieron un acto que conmemoraba el cuarto aniversario del asesinato del general Qassem Soleimani, jefe de la Fuerza Quds de la Guardia Revolucionaria, un grupo de élite, que murió en un ataque estadounidense con drones en Irak en enero de 2020. Las explosiones se produjeron cerca de su tumba en Kerman, a unos 820 kilómetros (510 millas) al sureste de la capital, Teherán.
Las imágenes sugieren que la segunda explosión se produjo unos 15 minutos después de la primera. Los extremistas suelen utilizar el retraso de la segunda explosión para atacar al personal de emergencia que acude al lugar de los hechos y causar más víctimas.
En las imágenes de la televisión pública se oían gritos.
El vicegobernador de Kerman, Rahman Jalali, señaló que se trataba de un ataque “terrorista” sin proporcionar más detalles. Irán tiene varios enemigos que podrían estar detrás de asalto, incluidos grupos exiliados, organizaciones milicianas y otros actores estatales. Irán apoya a Hamás así como a la milicia chií libanesa Hezbollah y a los rebeldes hutíes.
Soleimani fue el arquitecto de las actividades militares regionales de Irán y es considerado un ícono nacional entre los partidarios de la teocracia del país. También ayudó a asegurar el gobierno del presidente sirio Bashar Assad luego de que las protestas de la Primavera Árabe en 2011 en su contra se volvió una guerra civil, que más tarde creció a una regional, que sigue hasta hoy en día.
La popularidad y misticismo de Soleimani, que era poco conocido en Irán hasta la invasión en 2003 de Estados Unidos de Irak, creció luego de que funcionarios estadounidenses pidieran su asesinato por su ayuda para armar a militantes con bombas penetrantes colocadas al borde de las carreteras que mataron y mutilaron a tropas estadounidenses.
Una década y media después, Soleimani se había convertido en el comandante más reconocido, ignorando los llamados de meterse a la política, pero haciéndose tan poderoso, si no más, que sus dirigentes civiles.
Finalmente, un ataque con drones lanzado por la administración de Donald Trump acabó con la vida del general, parte de la escalada de incidentes que siguió a la retirada unilateral de Estados Unidos en 2018 del acuerdo nuclear de Teherán con las potencias mundiales.