La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos, a través de
una revisión científica de 250 páginas, subrayó que la marihuana tiene un
menor potencial de abuso que otras drogas sometidas a las mismas restricciones
y destacó su función en tratamientos médicos.
Los detalles Investigadores de la Administración de Drogas y Alimentos de Estados Unidos (FDA) respaldaron la reclasificación de la marihuana como sustancia de la Lista III, ya que tiene un menor potencial de abuso que otras drogas que están sujetas a las mismas restricciones y tiene respaldo científico para su uso como tratamiento médico.
Actualmente, la marihuana está clasificada en la Lista I, reservada a las sustancias controladas más peligrosas, incluidas la heroína y el LSD, pero ya en 2022, el presidente Joe Biden había pedido al Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos (HHS, por sus siglas en inglés) y al fiscal general, que comenzaran el proceso administrativo de revisión de cómo se cataloga esta droga según la ley federal.
Los científicos federales han llegado a la conclusión de que la marihuana no posee riesgos ni propensión al abuso tan significativos como otras sustancias estrictamente controladas. Además, se reconocen sus potenciales beneficios médicos. Sobre la base de estas consideraciones, sugieren que la marihuana debería ser eliminada de la categoría de drogas más restrictiva en el país.
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Estas recomendaciones fueron reveladas en una exhaustiva revisión científica de 250 páginas. La misma fue publicada en línea el viernes 12 de enero y un funcionario del HHS confirmó la autenticidad del mismo, según detallaron en una nota publicada en The New York Times.
“Hay coherencia entre las bases de datos, entre las sustancias y a lo largo del tiempo, y aunque el abuso de la marihuana produce evidencia clara de consecuencias dañinas, incluido el trastorno por consumo de sustancias, son relativamente menos comunes y menos dañinas que algunas otras drogas de comparación”, explicaron en el documento.
Los miembros del personal de Sustancias Controladas de la FDA han escrito en los documentos que la agencia recomienda reclasificar la marihuana porque cumple con tres criterios: un menor potencial de abuso que otras sustancias de las Listas I y II, un uso médico actualmente aceptado en el tratamiento en los EEUU y un riesgo de dependencia física baja o moderada en personas que abusan de ella. El Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas coincide con la recomendación.
Esta información brinda por primera vez una visión interna sobre el pensamiento de los funcionarios federales de salud, quienes están considerando un cambio trascendental en la regulación de la marihuana a nivel federal. Aunque las agencias involucradas no han realizado comentarios públicos sobre sus debates, desde 1970, la marihuana ha sido clasificada como una droga de la Lista I, compartiendo esta categoría con sustancias como la heroína.
Las drogas de la Lista I, según las leyes federales, no tienen uso médico y poseen un alto potencial de abuso, conllevando sanciones penales severas.
Los documentos revelan que científicos de la Administración de Alimentos y Medicamentos y del Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas han sugerido que la DEA reclasifique la marihuana como una droga de Lista III, similar a la ketamina y la testosterona, que están disponibles con receta médica.
La revisión llevada a cabo por científicos federales concluyó que, aunque la marihuana es la droga ilícita más abusada, “no produce resultados graves en comparación con las drogas de las Listas I o II”.
Se señala que el abuso de marihuana puede conducir a la dependencia física y, en algunos casos, a la dependencia psicológica, pero se subraya que la probabilidad de resultados graves es baja.
La revisión también señaló la existencia de cierto “respaldo científico” para los usos terapéuticos de la marihuana, incluyendo el tratamiento de la anorexia, el dolor y las náuseas y vómitos relacionados con la quimioterapia.
Es importante destacar que los funcionarios federales advirtieron que su análisis no tenía la intención de insinuar que habían establecido la seguridad y eficacia de la marihuana de una manera que respaldara la aprobación de la FDA. Su objetivo principal era destacar que los datos respaldaban algunos usos médicos de la marihuana.
Estas conclusiones aparentemente llevaron a la FDA a romper con décadas de precedentes en agosto pasado, aconsejando a la DEA recategorizar la marihuana, una medida que fue informada por primera vez por Bloomberg News.
Actualmente, la DEA está considerando esta recomendación y se espera que anuncie formalmente su decisión en los próximos meses. La reclasificación estará sujeta a comentarios y debates públicos antes de ser definitiva.
La evaluación científica ha generado tensiones entre los empleados de carrera de la DEA, una conocida agencia de aplicación de la ley conservadora, y los investigadores y funcionarios de salud que respaldan la reclasificación, según dos altos funcionarios de la administración, informó The New York Times.
Xavier Becerra, secretario de Salud y Servicios Humanos, expresó en una entrevista esta semana que su departamento se ha mantenido en contacto con la DEA sobre el estado de la marihuana y les ha “comunicado nuestra posición”.
“Estamos dispuestos a proporcionarles todo lo que necesiten”, afirmó. “Continuamos ofreciéndoles seguimiento e información técnica en caso de que tengan alguna pregunta”.
Los defensores de la industria de la marihuana han elogiado una posible reclasificación como un paso muy significativo, una poderosa manera de sacar a las empresas de marihuana de la clandestinidad y permitirles operar en condiciones fiscales similares a otras grandes corporaciones estadounidenses.
Sin embargo, algunos expertos adoptan una postura más cautelosa. Advierten que cualquier estudio a largo plazo sobre la marihuana revisado por las autoridades federales puede no tener en cuenta la creciente potencia y el uso cada vez más frecuente de la marihuana, vinculados a problemas psiquiátricos y vómitos crónicos entre los consumidores en los últimos años.
Keith Humphreys, profesor de políticas de salud de Stanford y ex funcionario federal de políticas de drogas, señaló que durante años existió la promesa, finalmente incumplida, de que la marihuana podría utilizarse para combatir el abuso de opioides o tratar problemas de salud menta “A medida que la ciencia ha avanzado en las décadas posteriores, la mayoría de las afirmaciones terapéuticas sobre el cannabis han sido desacreditadas”, añadió. Y la evidencia de que el cannabis puede ser bastante perjudicial se ha fortalecido; sin embargo, es en este momento cuando el gobierno federal ha decidido designarlo como medicamento.
Las estadísticas federales indican que la marihuana es popular, con aproximadamente 52 millones de personas en Estados Unidos que informaron haberla consumido en algún momento de 2021. Alrededor de 36 millones reportaron su consumo en el último mes, ubicándose detrás del alcohol y el tabaco.
El gobernador demócrata Jared Polis de Colorado comentó el año pasado sobre la temprana legalización del cannabis en su estado, afirmando que “la despenalización y la legalización son tan populares como siempre”. Destacó que en Colorado, donde la marihuana es legal tanto para uso médico como recreativo, no se han materializado las “historias de terror”. Polis subrayó la efectiva regulación de la marihuana, comparándola con el alcohol y enfatizando la importancia de un consumo seguro y responsable.
Actualmente, la marihuana es legal para uso médico en 38 estados y recreativo en dos docenas de estados y territorios. El debate sobre cambiar la perspectiva federal sobre la marihuana ha sido constante. En 2016, la DEA rechazó una solicitud para reclasificarla, citando su alto potencial de abuso, la falta de uso médico aceptado en los Estados Unidos y la ausencia de un nivel aceptable de seguridad incluso bajo supervisión médica.
Las tasas de diagnóstico de trastornos mentales inducidos por el consumo de marihuana aumentaron más de un 50% en los EEUU en relación a las últimas cifras disponibles de 2019, según un informe del instituto de análisis sanitario Truveta citado por The Wall Street Journal.
El profesor de Psiquiatría de la Universidad de Yale, el Dr. Deepak D’Souza, admitió que “los síntomas de trastornos mentales graves, como la esquizofrenia, tienden a manifestarse en la adolescencia, y no se puede culpar al cannabis en casos específicos”.
Sin embargo, destacó que “grandes estudios indican una conexión clara entre el consumo frecuente y potente de cannabis y tasas más altas de psicosis, especialmente entre los consumidores jóvenes”.
En el contexto de Estados Unidos, la legalización del cannabis ha aumentado su disponibilidad en gran parte del país, y expertos señalan que las cepas actuales son considerablemente más potentes que las comunes hace tres décadas. Esto ha llevado a un aumento en los episodios psicóticos, según médicos e investigaciones recientes.
Alrededor de un 21 por ciento de los que usan marihuana sufren dependencia, lo que incluye unos problemas sociales y laborales recurrentes, encontró un estudio reciente que se publicó en la revista JAMA Network Open. Más o menos un 6,5 por ciento de los que sufrían este trastorno tenían casos de moderados a graves.
“Estos resultados subrayan la importancia de evaluar el consumo de cannabis y los síntomas de TCC [trastorno por consumo de cannabis] de un paciente en los ambientes médicos”, concluyó el estudio.
Los detalles Investigadores de la Administración de Drogas y Alimentos de Estados Unidos (FDA) respaldaron la reclasificación de la marihuana como sustancia de la Lista III, ya que tiene un menor potencial de abuso que otras drogas que están sujetas a las mismas restricciones y tiene respaldo científico para su uso como tratamiento médico.
Actualmente, la marihuana está clasificada en la Lista I, reservada a las sustancias controladas más peligrosas, incluidas la heroína y el LSD, pero ya en 2022, el presidente Joe Biden había pedido al Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos (HHS, por sus siglas en inglés) y al fiscal general, que comenzaran el proceso administrativo de revisión de cómo se cataloga esta droga según la ley federal.
Los científicos federales han llegado a la conclusión de que la marihuana no posee riesgos ni propensión al abuso tan significativos como otras sustancias estrictamente controladas. Además, se reconocen sus potenciales beneficios médicos. Sobre la base de estas consideraciones, sugieren que la marihuana debería ser eliminada de la categoría de drogas más restrictiva en el país.
Estas recomendaciones fueron reveladas en una exhaustiva revisión científica de 250 páginas. La misma fue publicada en línea el viernes 12 de enero y un funcionario del HHS confirmó la autenticidad del mismo, según detallaron en una nota publicada en The New York Times.
“Hay coherencia entre las bases de datos, entre las sustancias y a lo largo del tiempo, y aunque el abuso de la marihuana produce evidencia clara de consecuencias dañinas, incluido el trastorno por consumo de sustancias, son relativamente menos comunes y menos dañinas que algunas otras drogas de comparación”, explicaron en el documento.
Los miembros del personal de Sustancias Controladas de la FDA han escrito en los documentos que la agencia recomienda reclasificar la marihuana porque cumple con tres criterios: un menor potencial de abuso que otras sustancias de las Listas I y II, un uso médico actualmente aceptado en el tratamiento en los EEUU y un riesgo de dependencia física baja o moderada en personas que abusan de ella. El Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas coincide con la recomendación.
Esta información brinda por primera vez una visión interna sobre el pensamiento de los funcionarios federales de salud, quienes están considerando un cambio trascendental en la regulación de la marihuana a nivel federal. Aunque las agencias involucradas no han realizado comentarios públicos sobre sus debates, desde 1970, la marihuana ha sido clasificada como una droga de la Lista I, compartiendo esta categoría con sustancias como la heroína.
Las drogas de la Lista I, según las leyes federales, no tienen uso médico y poseen un alto potencial de abuso, conllevando sanciones penales severas.
Los documentos revelan que científicos de la Administración de Alimentos y Medicamentos y del Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas han sugerido que la DEA reclasifique la marihuana como una droga de Lista III, similar a la ketamina y la testosterona, que están disponibles con receta médica.
La revisión llevada a cabo por científicos federales concluyó que, aunque la marihuana es la droga ilícita más abusada, “no produce resultados graves en comparación con las drogas de las Listas I o II”.
Se señala que el abuso de marihuana puede conducir a la dependencia física y, en algunos casos, a la dependencia psicológica, pero se subraya que la probabilidad de resultados graves es baja.
La revisión también señaló la existencia de cierto “respaldo científico” para los usos terapéuticos de la marihuana, incluyendo el tratamiento de la anorexia, el dolor y las náuseas y vómitos relacionados con la quimioterapia.
Es importante destacar que los funcionarios federales advirtieron que su análisis no tenía la intención de insinuar que habían establecido la seguridad y eficacia de la marihuana de una manera que respaldara la aprobación de la FDA. Su objetivo principal era destacar que los datos respaldaban algunos usos médicos de la marihuana.
Estas conclusiones aparentemente llevaron a la FDA a romper con décadas de precedentes en agosto pasado, aconsejando a la DEA recategorizar la marihuana, una medida que fue informada por primera vez por Bloomberg News.
Actualmente, la DEA está considerando esta recomendación y se espera que anuncie formalmente su decisión en los próximos meses. La reclasificación estará sujeta a comentarios y debates públicos antes de ser definitiva.
La evaluación científica ha generado tensiones entre los empleados de carrera de la DEA, una conocida agencia de aplicación de la ley conservadora, y los investigadores y funcionarios de salud que respaldan la reclasificación, según dos altos funcionarios de la administración, informó The New York Times.
Xavier Becerra, secretario de Salud y Servicios Humanos, expresó en una entrevista esta semana que su departamento se ha mantenido en contacto con la DEA sobre el estado de la marihuana y les ha “comunicado nuestra posición”.
“Estamos dispuestos a proporcionarles todo lo que necesiten”, afirmó. “Continuamos ofreciéndoles seguimiento e información técnica en caso de que tengan alguna pregunta”.
Los defensores de la industria de la marihuana han elogiado una posible reclasificación como un paso muy significativo, una poderosa manera de sacar a las empresas de marihuana de la clandestinidad y permitirles operar en condiciones fiscales similares a otras grandes corporaciones estadounidenses.
Sin embargo, algunos expertos adoptan una postura más cautelosa. Advierten que cualquier estudio a largo plazo sobre la marihuana revisado por las autoridades federales puede no tener en cuenta la creciente potencia y el uso cada vez más frecuente de la marihuana, vinculados a problemas psiquiátricos y vómitos crónicos entre los consumidores en los últimos años.
Keith Humphreys, profesor de políticas de salud de Stanford y ex funcionario federal de políticas de drogas, señaló que durante años existió la promesa, finalmente incumplida, de que la marihuana podría utilizarse para combatir el abuso de opioides o tratar problemas de salud menta “A medida que la ciencia ha avanzado en las décadas posteriores, la mayoría de las afirmaciones terapéuticas sobre el cannabis han sido desacreditadas”, añadió. Y la evidencia de que el cannabis puede ser bastante perjudicial se ha fortalecido; sin embargo, es en este momento cuando el gobierno federal ha decidido designarlo como medicamento.
Las estadísticas federales indican que la marihuana es popular, con aproximadamente 52 millones de personas en Estados Unidos que informaron haberla consumido en algún momento de 2021. Alrededor de 36 millones reportaron su consumo en el último mes, ubicándose detrás del alcohol y el tabaco.
El gobernador demócrata Jared Polis de Colorado comentó el año pasado sobre la temprana legalización del cannabis en su estado, afirmando que “la despenalización y la legalización son tan populares como siempre”. Destacó que en Colorado, donde la marihuana es legal tanto para uso médico como recreativo, no se han materializado las “historias de terror”. Polis subrayó la efectiva regulación de la marihuana, comparándola con el alcohol y enfatizando la importancia de un consumo seguro y responsable.
Actualmente, la marihuana es legal para uso médico en 38 estados y recreativo en dos docenas de estados y territorios. El debate sobre cambiar la perspectiva federal sobre la marihuana ha sido constante. En 2016, la DEA rechazó una solicitud para reclasificarla, citando su alto potencial de abuso, la falta de uso médico aceptado en los Estados Unidos y la ausencia de un nivel aceptable de seguridad incluso bajo supervisión médica.
Las tasas de diagnóstico de trastornos mentales inducidos por el consumo de marihuana aumentaron más de un 50% en los EEUU en relación a las últimas cifras disponibles de 2019, según un informe del instituto de análisis sanitario Truveta citado por The Wall Street Journal.
El profesor de Psiquiatría de la Universidad de Yale, el Dr. Deepak D’Souza, admitió que “los síntomas de trastornos mentales graves, como la esquizofrenia, tienden a manifestarse en la adolescencia, y no se puede culpar al cannabis en casos específicos”.
Sin embargo, destacó que “grandes estudios indican una conexión clara entre el consumo frecuente y potente de cannabis y tasas más altas de psicosis, especialmente entre los consumidores jóvenes”.
En el contexto de Estados Unidos, la legalización del cannabis ha aumentado su disponibilidad en gran parte del país, y expertos señalan que las cepas actuales son considerablemente más potentes que las comunes hace tres décadas. Esto ha llevado a un aumento en los episodios psicóticos, según médicos e investigaciones recientes.
Alrededor de un 21 por ciento de los que usan marihuana sufren dependencia, lo que incluye unos problemas sociales y laborales recurrentes, encontró un estudio reciente que se publicó en la revista JAMA Network Open. Más o menos un 6,5 por ciento de los que sufrían este trastorno tenían casos de moderados a graves.
“Estos resultados subrayan la importancia de evaluar el consumo de cannabis y los síntomas de TCC [trastorno por consumo de cannabis] de un paciente en los ambientes médicos”, concluyó el estudio.