El exmandatario estadounidense
Donald Trump
(2017-2021) aseguró este miércoles tener elegido ya quién será su
vicepresidente en caso de que gane las elecciones presidenciales de noviembre,
pero no desveló el nombre.
«No lo puedo decir, pero sé quién va a ser», indicó en la cadena Fox, que le organizó un encuentro televisado con votantes republicanos en la ciudad de Des Moines, en Iowa.
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En ese estado se celebrarán el próximo lunes los caucus, que inician el calendario electoral estadounidense de cara a las presidenciales y que tradicionalmente han servido como punto de partida para determinar el apoyo de cada candidato en su camino hacia la Casa Blanca.
Trump lucha por hacerse con la nominación republicana y con una intención de voto del 51,8 % aventaja con una cómoda diferencia al gobernador de Florida, Ron DeSantis (17,2 %), y a la ex embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Nikki Haley (16,8 %), según la media de sondeos elaborada por la web FiveThirtyEight.
Tanto DeSantis como Haley se enfrentaron a la misma hora y en la misma ciudad en un debate organizado por la cadena CNN. Es el quinto de los celebrados desde agosto entre los aspirantes conservadores a la nominación y de los ocho participantes del principio solo dos han llegado al cara a cara en esta ocasión, de nuevo con Trump ausente.
El exmandatario fue interrogado por votantes republicanos y ante ellos reiteró su intención de ser un «dictador» en su eventual segundo mandato, pero solo durante el primer día: «Vamos a cerrar tanto la frontera que no se va a poder entrar a menos que sea de forma legal», dijo.
La campaña del presidente, Joe Biden, y de la vicepresidenta, Kamala Harris, no tardó en criticar esas palabras.
«Nuestro primer presidente, George Washington, quien renunció dos veces al poder total y absoluto para proteger la democracia estadounidense, encontraría la promesa de Donald Trump de gobernar como un dictador como una desgracia totalmente ajena a la sagrada causa de la democracia por la que él y tantos otros lucharon y murieron», dijo en una declaración enviada a la prensa su portavoz, Kevin Muñoz.
Ajeno a esas críticas, Trump consideró haber hecho «un buen trabajo» en sus cinco años en la Casa Blanca y reprochó que con los demócratas en el poder solo hay «caos».
El expresidente se pronunció la víspera de que se resuelva su juicio civil en Nueva York contra él y dos de sus hijos, además de otros dos ejecutivos de la Organización Trump, por presuntamente inflar el valor de los activos durante años para obtener condiciones favorables con bancos y aseguradoras.
El proceso comenzó el 2 de octubre y hoy se supo que el político republicano no hablará durante los alegatos finales después de que sus abogados no respondieran a una orden del juez para que el exmandatario limite su intervención al caso en cuestión, sin otras consideraciones.
«No lo puedo decir, pero sé quién va a ser», indicó en la cadena Fox, que le organizó un encuentro televisado con votantes republicanos en la ciudad de Des Moines, en Iowa.
En ese estado se celebrarán el próximo lunes los caucus, que inician el calendario electoral estadounidense de cara a las presidenciales y que tradicionalmente han servido como punto de partida para determinar el apoyo de cada candidato en su camino hacia la Casa Blanca.
Trump lucha por hacerse con la nominación republicana y con una intención de voto del 51,8 % aventaja con una cómoda diferencia al gobernador de Florida, Ron DeSantis (17,2 %), y a la ex embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Nikki Haley (16,8 %), según la media de sondeos elaborada por la web FiveThirtyEight.
Tanto DeSantis como Haley se enfrentaron a la misma hora y en la misma ciudad en un debate organizado por la cadena CNN. Es el quinto de los celebrados desde agosto entre los aspirantes conservadores a la nominación y de los ocho participantes del principio solo dos han llegado al cara a cara en esta ocasión, de nuevo con Trump ausente.
El exmandatario fue interrogado por votantes republicanos y ante ellos reiteró su intención de ser un «dictador» en su eventual segundo mandato, pero solo durante el primer día: «Vamos a cerrar tanto la frontera que no se va a poder entrar a menos que sea de forma legal», dijo.
La campaña del presidente, Joe Biden, y de la vicepresidenta, Kamala Harris, no tardó en criticar esas palabras.
«Nuestro primer presidente, George Washington, quien renunció dos veces al poder total y absoluto para proteger la democracia estadounidense, encontraría la promesa de Donald Trump de gobernar como un dictador como una desgracia totalmente ajena a la sagrada causa de la democracia por la que él y tantos otros lucharon y murieron», dijo en una declaración enviada a la prensa su portavoz, Kevin Muñoz.
Ajeno a esas críticas, Trump consideró haber hecho «un buen trabajo» en sus cinco años en la Casa Blanca y reprochó que con los demócratas en el poder solo hay «caos».
El expresidente se pronunció la víspera de que se resuelva su juicio civil en Nueva York contra él y dos de sus hijos, además de otros dos ejecutivos de la Organización Trump, por presuntamente inflar el valor de los activos durante años para obtener condiciones favorables con bancos y aseguradoras.
El proceso comenzó el 2 de octubre y hoy se supo que el político republicano no hablará durante los alegatos finales después de que sus abogados no respondieran a una orden del juez para que el exmandatario limite su intervención al caso en cuestión, sin otras consideraciones.