Agentes del Negociado de Drogas, Narcóticos, Control del Vicio y Armas
Ilegales allanaron esta madrugada una residencia usada como almacén de armas,
cargadores y municiones de la
organización criminal
Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Cantera, conocida como Las FARC.
El presunto almacén estaba localizado en el callejón La Esperanza de Barrio Obrero en Santurce. En la vivienda se arrestó a Roberto Crispín Padilla, de 61 años y nacido en la República Dominicana, quien se alega es integrante de la ganga.
Los agentes ocuparon seis rifles, tres pistolas Glock y un revólver, 31 cargadores, 241 municiones para rifles, 352 municiones para diferentes armas de fuego, un chaleco antibalas y material y equipo para procesar sustancias controladas.
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El teniente coronel Wilson Lebrón Otaño, director del negociado, explicó que el detenido no tenía antecedentes penales y actuaba como custodio del almacén dentro de la organización.
“Dentro de la organización estaba a cargo de la logística de suplirle las armas de fuego a los componentes de esta organización y desde ahí conforme a la cantidad de armas que hay, municiones, magazines... pues entendemos que no es un armero como tal, porque conforme a la investigación sabíamos que no íbamos dirigidos a un armero, pero sí a una persona que estaba a cargo de este material. Desde que entraron los agentes comenzaron a ver las armas”, sostuvo Lebrón Otaño.
Las FARC es una organización que se conecta con República Dominicana de diferentes maneras por el trasiego de sustancias controladas a través del puente caribeño. En este caso Puerto Rico sirve como zona de trasbordo hacia los Estados Unidos.
La Oficina de Investigaciones del Departamento de Seguridad Nacional (HSI, en inglés) evaluaba si asumía la jurisdicción de esta pesquisa.
Las FARC, que se originó en Villa Palmeras, Santurce, tiene una gran extensión y a pesar de las numerosas intervenciones de agencias estatales y federales con el liderado de la organización, todavía continúan arrestando a miembros del poderoso grupo al que se le atribuye la desaparición de los cadáveres de sus víctimas lanzándolos como comida a caimanes.
El plan de allanamiento fue encabezado por la Superintendencia de Operaciones Especiales y la División de Drogas Metropolitana con el apoyo de la Policía Municipal de Bayamón y su equipo SWAT.
El presunto almacén estaba localizado en el callejón La Esperanza de Barrio Obrero en Santurce. En la vivienda se arrestó a Roberto Crispín Padilla, de 61 años y nacido en la República Dominicana, quien se alega es integrante de la ganga.
Los agentes ocuparon seis rifles, tres pistolas Glock y un revólver, 31 cargadores, 241 municiones para rifles, 352 municiones para diferentes armas de fuego, un chaleco antibalas y material y equipo para procesar sustancias controladas.
El teniente coronel Wilson Lebrón Otaño, director del negociado, explicó que el detenido no tenía antecedentes penales y actuaba como custodio del almacén dentro de la organización.
“Dentro de la organización estaba a cargo de la logística de suplirle las armas de fuego a los componentes de esta organización y desde ahí conforme a la cantidad de armas que hay, municiones, magazines... pues entendemos que no es un armero como tal, porque conforme a la investigación sabíamos que no íbamos dirigidos a un armero, pero sí a una persona que estaba a cargo de este material. Desde que entraron los agentes comenzaron a ver las armas”, sostuvo Lebrón Otaño.
Las FARC es una organización que se conecta con República Dominicana de diferentes maneras por el trasiego de sustancias controladas a través del puente caribeño. En este caso Puerto Rico sirve como zona de trasbordo hacia los Estados Unidos.
La Oficina de Investigaciones del Departamento de Seguridad Nacional (HSI, en inglés) evaluaba si asumía la jurisdicción de esta pesquisa.
Las FARC, que se originó en Villa Palmeras, Santurce, tiene una gran extensión y a pesar de las numerosas intervenciones de agencias estatales y federales con el liderado de la organización, todavía continúan arrestando a miembros del poderoso grupo al que se le atribuye la desaparición de los cadáveres de sus víctimas lanzándolos como comida a caimanes.
El plan de allanamiento fue encabezado por la Superintendencia de Operaciones Especiales y la División de Drogas Metropolitana con el apoyo de la Policía Municipal de Bayamón y su equipo SWAT.