Los centros de votación abrieron a las 7 y cerrarán a las 17 hora local. Los
salvadoreños eligen al próximo presidente, a 60 diputados del Congreso
unicameral y a 20 del Parlamento Centroamericano. Según todas las encuestas,
el mandatario arrasará en las urnas
Será como ver en diferido un partido de fútbol del que ya se conoce el resultado. Este domingo 4 de febrero, El Salvador va a las urnas para elegir al próximo presidente, a 60 diputados del congreso unicameral y a 20 del Parlamento Centroamericano.
Todo indica que Nayib Bukele, el popular presidente, se reelegirá sin problemas a pesar de que la Constitución prohíbe que una misma persona ejerza dos mandatos consecutivos.
Hasta esta elección había 262 circunscripciones municipales y se elegía a 84 diputados propietarios al Congreso. Sin embargo, el 15 de marzo de 2023, la Asamblea Legislativa, dominada por una supermayoría bukelista, derogó el artículo 291-A del Código Electoral, que impedía realizar cambios en la legislación electoral un año antes de las elecciones; con esto quedó abierta la puerta para lo que vino después, la reducción de sillas en el Legislativo y del número de municipios.
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Los críticos a la reforma coinciden en que fue una jugada política para afianzar más poder y para minar la presencia de la oposición, ya bastante disminuida en el país.
La reforma electoral, según la Oficina para Asuntos Latinoamericanos en Washington (WOLA), es un motivo de preocupación por la salud democrática de El Salvador.
“Al reducir el número de legisladores y municipios, Bukele podría limitar el poder de los municipios en los que no tiene tanta aprobación pública y fusionarlos con distritos en los que su partido Nuevas Ideas tiene más apoyo, dando la impresión de que todo el país le apoya”, escribió WOLA en un comunicado.
Lo cierto es que, con reforma o sin ella, los números dieron siempre las preferencias a Bukele y a sus diputados. Esos números han variado poco en los meses previos a la elección.
Será como ver en diferido un partido de fútbol del que ya se conoce el resultado. Este domingo 4 de febrero, El Salvador va a las urnas para elegir al próximo presidente, a 60 diputados del congreso unicameral y a 20 del Parlamento Centroamericano.
Todo indica que Nayib Bukele, el popular presidente, se reelegirá sin problemas a pesar de que la Constitución prohíbe que una misma persona ejerza dos mandatos consecutivos.
Hasta esta elección había 262 circunscripciones municipales y se elegía a 84 diputados propietarios al Congreso. Sin embargo, el 15 de marzo de 2023, la Asamblea Legislativa, dominada por una supermayoría bukelista, derogó el artículo 291-A del Código Electoral, que impedía realizar cambios en la legislación electoral un año antes de las elecciones; con esto quedó abierta la puerta para lo que vino después, la reducción de sillas en el Legislativo y del número de municipios.
Los críticos a la reforma coinciden en que fue una jugada política para afianzar más poder y para minar la presencia de la oposición, ya bastante disminuida en el país.
La reforma electoral, según la Oficina para Asuntos Latinoamericanos en Washington (WOLA), es un motivo de preocupación por la salud democrática de El Salvador.
“Al reducir el número de legisladores y municipios, Bukele podría limitar el poder de los municipios en los que no tiene tanta aprobación pública y fusionarlos con distritos en los que su partido Nuevas Ideas tiene más apoyo, dando la impresión de que todo el país le apoya”, escribió WOLA en un comunicado.
Lo cierto es que, con reforma o sin ella, los números dieron siempre las preferencias a Bukele y a sus diputados. Esos números han variado poco en los meses previos a la elección.