Estados Unidos disputó su quinto amistoso previo a los Juegos Olímpicos París 2024 y tras conseguir una agónica victoria ante Sudán del Sur, volvió a sufrir más de la cuenta para dejar en el camino a Alemania: triunfo por 92 a 88 sobre el campeón del mundo, gracias a un sprint final decisivo de LeBron James.
El Team USA volvió a quedar en deuda, más allá de llevar su récord a 5-0 en este ciclo, en un partido en el que se encontraba abajo en el marcador -82 a 80- con poco más de 4 minutos por jugar y en el que apenas la jerarquía de LeBron, evitó una nueva caída ante la selección alemana -rival que los eliminó en las semifinales del Mundial 2023-.
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James, que ya había jugado un papel decisivo en el cierre ante Sudán del Sur, lideró a los de Steve Kerr con 20 puntos, guardándose lo mejor para el final: anotó los últimos 11 puntos de su equipo, para inclinar la balanza en favor de los norteamericanos.
Ningún otro jugador de Estados Unidos anotó un gol de campo en los 5 minutos finales, ni sumó ninguna unidad en los 4:23 decisivos. Todo fue obra del Rey.
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Más allá de que no se puede desmerecer la calidad del rival, lo cierto es que Estados Unidos no está mostrando la versión dominante que podía esperarse. Y si bien la baja de Kevin Durant continúa jugando un papel importante, el rendimiento del equipo muestra falencias considerables, que apenas se tapan con el nivel individual de algunas de sus estrellas. Principalmente, LeBron James.
Más allá de la demostración de vigencia de James, Estados Unidos corre un riesgo alarmante si va a continuar dependiendo de un jugador de 39 años, en un calendario tan exigente como el de los Juegos Olímpicos. Al fin de cuentas, la gran ventaja que tienen los de Kerr en relación a otras selecciones es la profundidad de su plantilla, repleta de All-Stars, MVPs y superestrellas de todo tipo.
Sin embargo, varios de estos nombres continúan quedando en deuda. Devin Booker fue titular y apenas lanzó un 1-6 de campo. Jayson Tatum solo aportó 4 tantos, misma cantidad que Bam Adebayo. Stephen Curry estuvo apagado con el triple: 1 de 7. Apenas Joel Embiid -15 puntos- y dos suplentes que piden titularidad como Anthony Edwards -11 puntos- y Anthony Davis -10 puntos- se mostraron como opciones confiables alrededor de James.
¿Solo un mal partido? Quizá. Pero después de quedar al borde de un papelón histórico ante Sudán del Sur, se esperaba un rebote en la actuación de Estados Unidos, que lejos estuvo de verse. Alemania estuvo negado con el triple durante toda la jornada -13 de 45, 28.9%-, tuvo a un Dennis Schröder totalmente errático -3 de 15 de campo- y aún así estuvo a 4 minutos de quedarse con la victoria.
Algo no termina de funcionar en el Team USA. Su baloncesto en ataque no fluye, varias de sus piezas lucen desacomodadas en el esquema de Kerr y en defensa, dan bastantes más ventajas de las que deberían. Hasta ahora, el peso de su talento los sigue llevando hacia la victoria, pero con márgenes muchísimo más apretados de los esperados.
El Team USA volvió a quedar en deuda, más allá de llevar su récord a 5-0 en este ciclo, en un partido en el que se encontraba abajo en el marcador -82 a 80- con poco más de 4 minutos por jugar y en el que apenas la jerarquía de LeBron, evitó una nueva caída ante la selección alemana -rival que los eliminó en las semifinales del Mundial 2023-.
James, que ya había jugado un papel decisivo en el cierre ante Sudán del Sur, lideró a los de Steve Kerr con 20 puntos, guardándose lo mejor para el final: anotó los últimos 11 puntos de su equipo, para inclinar la balanza en favor de los norteamericanos.
Ningún otro jugador de Estados Unidos anotó un gol de campo en los 5 minutos finales, ni sumó ninguna unidad en los 4:23 decisivos. Todo fue obra del Rey.
Más allá de que no se puede desmerecer la calidad del rival, lo cierto es que Estados Unidos no está mostrando la versión dominante que podía esperarse. Y si bien la baja de Kevin Durant continúa jugando un papel importante, el rendimiento del equipo muestra falencias considerables, que apenas se tapan con el nivel individual de algunas de sus estrellas. Principalmente, LeBron James.
Más allá de la demostración de vigencia de James, Estados Unidos corre un riesgo alarmante si va a continuar dependiendo de un jugador de 39 años, en un calendario tan exigente como el de los Juegos Olímpicos. Al fin de cuentas, la gran ventaja que tienen los de Kerr en relación a otras selecciones es la profundidad de su plantilla, repleta de All-Stars, MVPs y superestrellas de todo tipo.
Sin embargo, varios de estos nombres continúan quedando en deuda. Devin Booker fue titular y apenas lanzó un 1-6 de campo. Jayson Tatum solo aportó 4 tantos, misma cantidad que Bam Adebayo. Stephen Curry estuvo apagado con el triple: 1 de 7. Apenas Joel Embiid -15 puntos- y dos suplentes que piden titularidad como Anthony Edwards -11 puntos- y Anthony Davis -10 puntos- se mostraron como opciones confiables alrededor de James.
¿Solo un mal partido? Quizá. Pero después de quedar al borde de un papelón histórico ante Sudán del Sur, se esperaba un rebote en la actuación de Estados Unidos, que lejos estuvo de verse. Alemania estuvo negado con el triple durante toda la jornada -13 de 45, 28.9%-, tuvo a un Dennis Schröder totalmente errático -3 de 15 de campo- y aún así estuvo a 4 minutos de quedarse con la victoria.
Algo no termina de funcionar en el Team USA. Su baloncesto en ataque no fluye, varias de sus piezas lucen desacomodadas en el esquema de Kerr y en defensa, dan bastantes más ventajas de las que deberían. Hasta ahora, el peso de su talento los sigue llevando hacia la victoria, pero con márgenes muchísimo más apretados de los esperados.