El Gobierno dominicano acaba de comprar a España un lote de siete aviones militares Pillán T-35 de entrenamiento para la Fuerza Aérea de la República (FARD), de una Flotilla que el Ministerio de Defensa español remplazó después de treinta años de servicio.
Las aeronaves serán enviadas vía marítima a la base aérea de San Isidro en las próximas semanas; no obstante, las autoridades aún no han divulgado los detalles del contrato.
La adquisición de equipos y aeronaves militares está protegida por la orden ejecutiva presidencial 46-24, que permite excepciones para las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional sin someterse a licitaciones públicas; sin embargo, esto no excluye el deber de informar sobre sus costos para garantizar la debida transparencia en el uso de los recursos del Estado.
El Pillán T-35 es una aeronave de instrucción y combate ligero, fabricado por la Empresa Nacional de Aeronáutica de Chile (ENAER) desde 1985 hasta 2013. La República Dominicana adquirió su primera Flotilla en 1999.
Durante el primer mandato de Leonel Fernández (1996-2000), y bajo la gestión del mayor general Rafael Antonio Gonzales Borrell en la Fuerza Aérea (1998-2000), se compró una flota de ocho aeronaves, de las cuales cuatro permanecen en operación.
Según informa el portal infodefensa.com, este modelo fue dado de baja tras tres décadas de servicio en la Academia General del Aire (AGA) de España, y carencia de piezas en el mercado.
El proceso de compra de las nuevas aeronaves está encabezado por el comandante general de la Fuerza Aérea, el mayor general Carlos González Febrillet, quien ha nombrado una comisión técnica que viajó a España para coordinar la importación de los aviones al país. También ha contado con la colaboración del cónsul dominicano en Sevilla, Cesar Gámez, de acuerdo con el portal especializado en temas militares.
$ads={1}
Según se explica, estos aviones, que han fueron sustituidos por el entrenador suizo PC-21, todavía poseen potencial de vuelo y se han ofrecido a países que continúan utilizando este modelo, como es el caso de la República Dominicana y otras naciones de Latinoamérica.
Los aviones Pillán rememoran recuerdos tristes para los pilotos de la Fuerza Aérea Dominicana, ya que al menos tres de sus compañeros han perdido la vida en dos accidentes ocurridos en 2013 y 2018, mientras operaban esas aeronaves.
El 7 de abril de 2013, durante una exhibición en el Show Aéreo del Caribe, un avión Pillán T-35 se precipitó al mar y causó la muerte de los pilotos Rafael Sánchez Astacio y Carlos Manuel Guerrero, ambos oficiales de la Fuerza Aérea Dominicana.
En agosto de 2018, ocurrió otro trágico accidente con el mismo modelo de aeronave en la provincia de Elías Piña, en la frontera terrestre. En este suceso, el segundo teniente piloto Ángel Amaurys Féliz Victorino falleció y el primer teniente Garay Villanueva sufrió heridas graves.
En cuanto a la reciente adquisición de aviones, las autoridades militares no han proporcionado detalles sobre si la compra es para obtener repuestos y mejorar los aviones adquiridos en 1999, o si planean realizar reparaciones mayores y seguir operando un modelo que las autoridades militares españolas dieron de baja por considerarlo obsoleto.
Las aeronaves serán enviadas vía marítima a la base aérea de San Isidro en las próximas semanas; no obstante, las autoridades aún no han divulgado los detalles del contrato.
La adquisición de equipos y aeronaves militares está protegida por la orden ejecutiva presidencial 46-24, que permite excepciones para las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional sin someterse a licitaciones públicas; sin embargo, esto no excluye el deber de informar sobre sus costos para garantizar la debida transparencia en el uso de los recursos del Estado.
El Pillán T-35 es una aeronave de instrucción y combate ligero, fabricado por la Empresa Nacional de Aeronáutica de Chile (ENAER) desde 1985 hasta 2013. La República Dominicana adquirió su primera Flotilla en 1999.
Durante el primer mandato de Leonel Fernández (1996-2000), y bajo la gestión del mayor general Rafael Antonio Gonzales Borrell en la Fuerza Aérea (1998-2000), se compró una flota de ocho aeronaves, de las cuales cuatro permanecen en operación.
Según informa el portal infodefensa.com, este modelo fue dado de baja tras tres décadas de servicio en la Academia General del Aire (AGA) de España, y carencia de piezas en el mercado.
El proceso de compra de las nuevas aeronaves está encabezado por el comandante general de la Fuerza Aérea, el mayor general Carlos González Febrillet, quien ha nombrado una comisión técnica que viajó a España para coordinar la importación de los aviones al país. También ha contado con la colaboración del cónsul dominicano en Sevilla, Cesar Gámez, de acuerdo con el portal especializado en temas militares.
Según se explica, estos aviones, que han fueron sustituidos por el entrenador suizo PC-21, todavía poseen potencial de vuelo y se han ofrecido a países que continúan utilizando este modelo, como es el caso de la República Dominicana y otras naciones de Latinoamérica.
Malos recuerdos del Pillán
Los aviones Pillán rememoran recuerdos tristes para los pilotos de la Fuerza Aérea Dominicana, ya que al menos tres de sus compañeros han perdido la vida en dos accidentes ocurridos en 2013 y 2018, mientras operaban esas aeronaves.
El 7 de abril de 2013, durante una exhibición en el Show Aéreo del Caribe, un avión Pillán T-35 se precipitó al mar y causó la muerte de los pilotos Rafael Sánchez Astacio y Carlos Manuel Guerrero, ambos oficiales de la Fuerza Aérea Dominicana.
En agosto de 2018, ocurrió otro trágico accidente con el mismo modelo de aeronave en la provincia de Elías Piña, en la frontera terrestre. En este suceso, el segundo teniente piloto Ángel Amaurys Féliz Victorino falleció y el primer teniente Garay Villanueva sufrió heridas graves.
En cuanto a la reciente adquisición de aviones, las autoridades militares no han proporcionado detalles sobre si la compra es para obtener repuestos y mejorar los aviones adquiridos en 1999, o si planean realizar reparaciones mayores y seguir operando un modelo que las autoridades militares españolas dieron de baja por considerarlo obsoleto.