Por sexta vez en el siglo XXI, la Fórmula 1 alcanzó seis ganadores diferentes en una misma temporada. El récord lo tienen 2003 y 2012 con ocho; y en 2008 fueron siete. La resurrección de Mercedes repartió más la baraja del 75º ejercicio del Mundial. Las Flechas de Plata habían logrado apenas un triunfo en los dos últimos campeonatos y ahora disfruta de dos éxitos en fila: Austria y Gran Bretaña.
El éxito de George Russell en Spielberg llegó como herencia del toque entre Max Verstappen y Lando Norris, es cierto. Pero los autos del equipo de Brackley ya habían mostrado una sensible mejora en su rendimiento, que se vio confirmada con el festejo de Lewis Hamilton en Silverstone. El heptacampeón cerró una brecha de 56 Grandes Premios sin éxitos, la más extensa de su carrera, y llegó a 104 en su palmarés personal. Ahora bien, también es cierto que en ambas carreras podría haber ganado McLaren con Norris, pero errores puertas adentro del team de Woking fueron la condena que los dejó sin festejos. El equipo comandado por Zak Brown debe limar algunos detalles en las estrategias, especialmente los momentos de las detenciones.
Hungría, donde se disputará la 13ª cita, será un buen parámetro para conocer dónde está Mercedes, porque viene de ganar en dos trazados veloces (Spielberg y Silverstone), todo lo contrario a las lentas curvas de Hungaroring, el Mónaco con muros, donde los chasis llevan la puesta a punto casi similar a la que se utiliza en las calles del principado. Justamente en el glamoroso urbano fue donde mejor anduvo Ferrari, con el triunfo de Charles Leclerc. Desde ahí, el rendimiento de la Scuderia fue olvidable, incluyendo el doble abandono en Canadá y un segundo puesto en la Copa de Constructores que corre serio riesgo ante la amenaza de McLaren: el team inglés sumó 111 puntos en las últimas cuatro carreras, contra los 50 de los italianos. Mercedes sumó 125 en el mismo período.
Para Budapest, Ferrari volverá a la configuración que se estrenó en Barcelona y repitió en Austria, de la que tanto se quejaron Charles Leclerc y Carlos Sainz por el rebote. En los datos recopilados, los ingenieros de la Scuderia notaron que había aumentado la carga aerodinámica en los valores esperados, pero que tenía efectos secundarios que complicaban el manejo. En medio de la renuncia de Enrico Cardile, director técnico del chasis que se va a Aston Martin en 2025, en Maranello se trabajó para paliar el problema y llevaron un nuevo suelo a Hungría, con el que esperan terminar con el galope y ponerse en pelea.
¿Y Verstappen? El neerlandés atraviesa una situación extraña para él: lleva dos carreras sin ganar, algo que no experimentaba desde 2022, cuando también hilvanó Austria y Gran Bretaña sin vencer, lo mismo que en 2024, pero en orden inverso. Sin embargo, en esos dos Grandes Premios sin subirse al escalón más alto del podio, el tricampeón logró estirar su ventaja al frente: llegará a Hungría con 84 puntos de ventaja sobre Norris. “Sin duda cada vez hay más rivales. Este año empezó muy competitivo para nostros y ahora todos se están poniendo al día. Cada carrera es una verdadera batalla, así que es genial porque creo que continuará también durante el resto de la temporada, por lo que realmente no se sabe qué va a pasar, y eso es genial para el deporte”, dijo Max.
El gran problema para Red Bull es el muy flojo andar de Checo Pérez. El mexicano anotó apenas 15 puntos en las últimas seis carreras, resultados que volvieron a poner en el tapete su continuidad en el team de las bebidas energizantes, más allá del contrato que tiene firmado. El tapatía necesita urgentemente enderezar su rumbo para acallar los comentarios que cada vez suenan más fuerte.
El calor será protagonista en Hungría, después de un fuerte temporal que cayó sobre el trazado el miércoles y dañó el hospitality de McLaren. No da para sustos el equipo inglés, que ya sufrió un incendio en Barcelona y ahora lo tendrá cerrado en Budapest por las roturas que el granizo le ocasionó en el techo. No hay anuncio de lluvia para el fin de semana, que comenzará este viernes con ensayos.