La Cordillera Central es el principal sistema montañoso de la Isla de Santo Domingo y de todas las Antillas. Esta serranía alberga setecientos nueve cauces de ríos y arroyos, lo cual la convierte en la “madre de las aguas”. Pero atención: empresas mineras transnacionales, vinculadas al gran capital neoliberal pretenden apoderarse de esta cadena montañosa para desarrollar minería metálica.
Sin medir sus consecuencias, en dicha cordillera se quiere acometer la explotación de yacimientos de oro y otros metales preciosos. Concretamente, quince empresas mineras han obtenido licencias de exploración minera en ese macizo, con el interés de recibir del gobierno la licencia de explotación.
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La amplia zona concesionada en la cadena montañosa abarca desde el municipio de Padre Las Casas hasta Dajabón. El punto de partida -la punta del iceberg- para la oscura conjura extractiva es el Proyecto Romero, que se localiza en la ribera del Río San Juan, aguas arriba de la Presa de Sabaneta, reservorio que es la infraestructura hidráulica de mayor calado e impacto en todo el Valle de San Juan.
El oro del Proyecto Romero se encuentra en el paraje Hondo Valle, Distrito Municipal de Sabaneta, provincia de San Juan, en el mismo vientre de la Cordillera Central. La empresa canadiense GoldQuest Mining Corp es la dueña del mismo.
Desarrollar minería metálica en la Cordillera Central producirá un devastador desastre ambiental, un ataque brutal, un crimen ecológico que podría dejar sin agua limpia y pura al Valle de San Juan y todo el suroeste dominicano.
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La Cordillera Central está bajo ataque. Todos los dominicanos/as tenemos que defender esta serranía donde nacen más del sesenta porciento de los ríos del país.
La defensa de la Cordillera Central es un mandato patriótico frente a los intereses de las élites de apoderarse de todo cuanto le genere ganancias, ahora destruyendo nuestra principal cordillera buscando oro, sin medir las nefastas consecuencias ambientales que acarrearía.
Por Rubén Moreta
El autor es Profesor UASD
Sin medir sus consecuencias, en dicha cordillera se quiere acometer la explotación de yacimientos de oro y otros metales preciosos. Concretamente, quince empresas mineras han obtenido licencias de exploración minera en ese macizo, con el interés de recibir del gobierno la licencia de explotación.
La amplia zona concesionada en la cadena montañosa abarca desde el municipio de Padre Las Casas hasta Dajabón. El punto de partida -la punta del iceberg- para la oscura conjura extractiva es el Proyecto Romero, que se localiza en la ribera del Río San Juan, aguas arriba de la Presa de Sabaneta, reservorio que es la infraestructura hidráulica de mayor calado e impacto en todo el Valle de San Juan.
El oro del Proyecto Romero se encuentra en el paraje Hondo Valle, Distrito Municipal de Sabaneta, provincia de San Juan, en el mismo vientre de la Cordillera Central. La empresa canadiense GoldQuest Mining Corp es la dueña del mismo.
Desarrollar minería metálica en la Cordillera Central producirá un devastador desastre ambiental, un ataque brutal, un crimen ecológico que podría dejar sin agua limpia y pura al Valle de San Juan y todo el suroeste dominicano.
La Cordillera Central está bajo ataque. Todos los dominicanos/as tenemos que defender esta serranía donde nacen más del sesenta porciento de los ríos del país.
La defensa de la Cordillera Central es un mandato patriótico frente a los intereses de las élites de apoderarse de todo cuanto le genere ganancias, ahora destruyendo nuestra principal cordillera buscando oro, sin medir las nefastas consecuencias ambientales que acarrearía.
Por Rubén Moreta
El autor es Profesor UASD