El presidente francés, Emmanuel Macron, nombró este jueves a
Michel Barnier, exnegociador de la UE para el Brexit, como nuevo
primer ministro de Francia, tras
más de 50 días de Gobierno interino.
En un comunicado, la oficina de Macron anunció el nombramiento de Barnier y señaló que se le ha encomendado “formar un Gobierno unificador para servir al país y al pueblo francés”.
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“Este nombramiento se produce tras un ciclo de consultas sin precedentes durante el cual, de conformidad con su deber constitucional, el presidente se aseguró de que el primer ministro y el futuro Gobierno cumplieran las condiciones para contar con la mayor estabilidad posible y darse la oportunidad de generar la unión más amplia posible“, afirma el comunicado.
El nombramiento de Barnier, de 73 años, se produce tras semanas de intensos esfuerzos por parte de Macron y sus asesores para encontrar un candidato que pudiera reunir los apoyos suficientes y sobrevivir a una posible moción de censura en la Asamblea Nacional, la cámara baja del Parlamento francés.
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Tras la segunda vuelta de las elecciones legislativas del 7 de julio, hace ya casi dos meses, el Parlamento quedó dividido en tres grandes bloques: la coalición izquierdista Nuevo Frente Popular, el grupo centrista del presidente Macron y la ultraderechista Agrupación Nacional.
Las dificultades para tejer acuerdos entre esos bloques tan dispares habían dilatado el nombramiento del primer ministro, que tiene la tarea de formar y dirigir un nuevo Gobierno.
Barnier, un político conservador miembro de Los Republicanos y orgulloso de sus humildes raíces en la región alpina francesa de Alta Saboya, no es ajeno a las tareas complejas y difíciles: fue el negociador jefe de la Unión Europea en las difíciles conversaciones con Reino Unido sobre su salida del bloque tras el Brexit.
Barnier reemplaza a Gabriel Attal, quien renunció el 16 de julio después de unas elecciones legislativas anticipadas que produjeron un Parlamento dividido y sin mayorías claras, sumergiendo a Francia en un clima de agitación política.
Pero Macron mantuvo a Attal y a sus ministros en calidad de interinos al frente de los asuntos cotidianos, para que la inestabilidad política no eclipsara la celebración de los Juegos Olímpicos de París del 26 de julio al 11 de agosto, cuando Francia acaparó la atención internacional.
A lo largo de su dilatada carrera política de más de 50 años, Barnier desempeñó los cargos de ministro de Asuntos Exteriores, Asuntos Europeos, Medio Ambiente y Agricultura de Francia, y dos veces como comisario europeo, pero hasta ahora nunca había tenido la oportunidad de ocupar un puesto de liderazgo como el de presidente o primer ministro.
Mélenchon carga contra el nombramiento y le augura un futuro incierto en el Parlamento
El influyente líder izquierdista Jean-Luc Mélenchon se pronunció rapidamente en contra del nombramiento de Barnier y predijo que el nuevo primer ministro no obtendría un respaldo mayoritario en la Asamblea Nacional.
“Las elecciones han sido robadas“, afirmó Mélenchon, al considerar que el nombramiento de Barnier no guarda relación con el equilibrio de fuerzas resultante de las elecciones, dado que su partido derechista, Los Republicanos, fue el último en representación (con 47 diputados) entre los principales grupos políticos del país.
En un comunicado, la oficina de Macron anunció el nombramiento de Barnier y señaló que se le ha encomendado “formar un Gobierno unificador para servir al país y al pueblo francés”.
“Este nombramiento se produce tras un ciclo de consultas sin precedentes durante el cual, de conformidad con su deber constitucional, el presidente se aseguró de que el primer ministro y el futuro Gobierno cumplieran las condiciones para contar con la mayor estabilidad posible y darse la oportunidad de generar la unión más amplia posible“, afirma el comunicado.
Semanas de consultas y negociaciones
El nombramiento de Barnier, de 73 años, se produce tras semanas de intensos esfuerzos por parte de Macron y sus asesores para encontrar un candidato que pudiera reunir los apoyos suficientes y sobrevivir a una posible moción de censura en la Asamblea Nacional, la cámara baja del Parlamento francés.
Tras la segunda vuelta de las elecciones legislativas del 7 de julio, hace ya casi dos meses, el Parlamento quedó dividido en tres grandes bloques: la coalición izquierdista Nuevo Frente Popular, el grupo centrista del presidente Macron y la ultraderechista Agrupación Nacional.
Las dificultades para tejer acuerdos entre esos bloques tan dispares habían dilatado el nombramiento del primer ministro, que tiene la tarea de formar y dirigir un nuevo Gobierno.
¿Quién es Michel Barnier?
Barnier, un político conservador miembro de Los Republicanos y orgulloso de sus humildes raíces en la región alpina francesa de Alta Saboya, no es ajeno a las tareas complejas y difíciles: fue el negociador jefe de la Unión Europea en las difíciles conversaciones con Reino Unido sobre su salida del bloque tras el Brexit.
Barnier reemplaza a Gabriel Attal, quien renunció el 16 de julio después de unas elecciones legislativas anticipadas que produjeron un Parlamento dividido y sin mayorías claras, sumergiendo a Francia en un clima de agitación política.
Pero Macron mantuvo a Attal y a sus ministros en calidad de interinos al frente de los asuntos cotidianos, para que la inestabilidad política no eclipsara la celebración de los Juegos Olímpicos de París del 26 de julio al 11 de agosto, cuando Francia acaparó la atención internacional.
A lo largo de su dilatada carrera política de más de 50 años, Barnier desempeñó los cargos de ministro de Asuntos Exteriores, Asuntos Europeos, Medio Ambiente y Agricultura de Francia, y dos veces como comisario europeo, pero hasta ahora nunca había tenido la oportunidad de ocupar un puesto de liderazgo como el de presidente o primer ministro.
Mélenchon carga contra el nombramiento y le augura un futuro incierto en el Parlamento
El influyente líder izquierdista Jean-Luc Mélenchon se pronunció rapidamente en contra del nombramiento de Barnier y predijo que el nuevo primer ministro no obtendría un respaldo mayoritario en la Asamblea Nacional.
“Las elecciones han sido robadas“, afirmó Mélenchon, al considerar que el nombramiento de Barnier no guarda relación con el equilibrio de fuerzas resultante de las elecciones, dado que su partido derechista, Los Republicanos, fue el último en representación (con 47 diputados) entre los principales grupos políticos del país.