«Me da la impresión de que la reforma fiscal es básicamente un aumento de impuestos, lo que tiene el peligro de incrementar el costo de vida de los dominicanos y el precio de la canasta básica, que ya está en alza y ha impactado negativamente el bolsillo de las familias», expresó el economista.
Jiménez considera que se debe tener cuidado, pues, a su juicio, las familias ya están lidiando con un presupuesto que no alcanza, altas tasas de interés en los préstamos y la falta de servicios públicos de calidad que alivien sus gastos.
«Creo que castigarlas más sería un error, que podría debilitar la economía, afectar la creación de empleos y aumentar la pobreza», añadió.
Según el economista, una reforma fiscal debería comenzar con un recorte en el gasto público.
A su juicio, hay mucha «tela que cortar» en la evasión y elusión de impuestos.
Jiménez comparó la reforma fiscal con un proceso quirúrgico, en algunos casos se realiza para salvar la vida del paciente, y en otros, para embellecerlo. Por lo tanto, el Gobierno debe explicar claramente para qué busca implementar esta reforma fiscal.
El vicepresidente del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) señaló que, si se regresara el gasto público a los niveles del año 2019, casi no sería necesaria una reforma.
«El Gobierno debe explicar qué busca con esta reforma. Yo entiendo que, más que una reforma, lo que necesitamos es un pacto fiscal que adecue la economía dominicana y la ponga en capacidad de competir en esta nueva economía internacional», dijo en el Programa El Día.
Sobre este punto, el economista recordó lo ocurrido en el país entre 1990 y 1992, cuando se realizaron una serie de reformas estructurales para corregir el mal estado de la economía.
«En ese sentido, se puede discutir un pacto que sea ‘dando y dando’.»