La
República Dominicana
está en estos momentos pasándolas todas juntas, mientras eso sucede el
Gobierno del presidente
Luis Abiander
está inmerso en un
sinnúmero de reformas que son rechazadas por amplios sectores sociales,
políticos y empresariales.
$ads={1}
De todas esas reformas, la que más crispación social ha generado, es la propuesta de reforma fiscal. Que al parecer llegó para acabar con la paciencia de un pueblo que a esta gestión le ha permitido todos sus desmanes.
$ads={2}
Las vistas públicas, organizadas para recibir las opiniones de diferentes sectores sobre la reforma, sirvieron como escenario para que grupos empresariales, organizaciones sindicales, activistas sociales, políticos, turísticos y ciudadanos comunes expresaran su desacuerdo con varias de las disposiciones incluidas en el proyecto. Ningún sector apoyó totalmente el proyecto fiscal.
De todas esas reformas, la que más crispación social ha generado, es la propuesta de reforma fiscal. Que al parecer llegó para acabar con la paciencia de un pueblo que a esta gestión le ha permitido todos sus desmanes.
El rechazo común a la propuesta de la reforma fiscal llega solo
a dos meses de instalado el segundo mandato del presidente Luis Abinader
que decidió someter al Poder Legislativo tres reformas consecutivas: la
constitucional, la fiscal y la laboral.
Las vistas públicas, organizadas para recibir las opiniones de diferentes sectores sobre la reforma, sirvieron como escenario para que grupos empresariales, organizaciones sindicales, activistas sociales, políticos, turísticos y ciudadanos comunes expresaran su desacuerdo con varias de las disposiciones incluidas en el proyecto. Ningún sector apoyó totalmente el proyecto fiscal.
Todo esto es una muestra palpable de que el presidente
Abinader ha empezado su segundo mandato de gobierno con el pies
izquierdo
y sus funcionarios pensando en sus proyectos personales a
futuro.