La Asociación de Industrias de la República Dominicana (AIRD) insta a un diálogo profundo en el Congreso para analizar las diversas
propuestas de la
reforma fiscal. En entrevista brindada al programa radial No Se Diga Más el pasado martes
15 de octubre, Mario Pujols, vicepresidente ejecutivo de AIRD, catalogó los
drásticos cambios de la propuesta de modernización fiscal como “castigos que afectarían negativamente a la industria”.
El Gremio destacó a seis sectores clave que serían fuertemente afectados por la reforma, entre ellos los de alcohol, bebidas azucaradas, cigarrillos electrónicos, cine, textiles y sistemas aislados del sector eléctrico, afectados, explicó. Por la no inclusión de las grandes empresas en el ajuste a los anticipos de impuestos.
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La figura del agente de retención y percepción, que a su entender requiere una mejor redacción para evitar malinterpretaciones en su implementación. Y el impacto del transporte de carga en los costos de producción.
“Los impuestos propuestos aumentarían los costos y fomentan la evasión”, expresó Pujols. Añadió: “Según datos compartidos por el sector, sólo en el segmento de cigarrillos electrónicos se estima que la evasión en este mercado podría superar el 88%. Lo que representaría un serio problema para las autoridades y los consumidores”.
Mario Pujols también habló acerca de la eliminación del artículo 50 de la Ley de Proindustria, que catalogó «el castigo más severo”. Ya que entiende que este artículo es clave para el incentivo de la manufactura local. “Su eliminación afectaría la competitividad del sector y la generación de empleos de calidad”.
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También criticó que el impuesto selectivo a bebidas azucaradas, pues afectaría desproporcionadamente a la población de menores recursos. Ya que estos productos forman parte de su ingesta diaria.
En cuanto a propuestas de la industria, la AIRD aboga por una implementación gradual de las nuevas medidas fiscales. En especial en productos que actualmente están exentos de impuestos, para evitar un impacto abrupto. Una reforma fiscal ideal, según Pujols, debe ser equilibrada y tomar en cuenta el impacto en los sectores productivos y en la economía general. “Se requiere un balance entre recaudar más impuestos y no desincentivar la producción”, añadió.
Finalmente, planteó que “una modernización de la Dirección General de Impuestos Internos (DGII) es fundamental para que esta sea más eficiente y efectiva en la fiscalización. Especialmente en los sectores informales”.
El Gremio destacó a seis sectores clave que serían fuertemente afectados por la reforma, entre ellos los de alcohol, bebidas azucaradas, cigarrillos electrónicos, cine, textiles y sistemas aislados del sector eléctrico, afectados, explicó. Por la no inclusión de las grandes empresas en el ajuste a los anticipos de impuestos.
La figura del agente de retención y percepción, que a su entender requiere una mejor redacción para evitar malinterpretaciones en su implementación. Y el impacto del transporte de carga en los costos de producción.
“Los impuestos propuestos aumentarían los costos y fomentan la evasión”, expresó Pujols. Añadió: “Según datos compartidos por el sector, sólo en el segmento de cigarrillos electrónicos se estima que la evasión en este mercado podría superar el 88%. Lo que representaría un serio problema para las autoridades y los consumidores”.
Algunas eliminaciones para la reforma
Mario Pujols también habló acerca de la eliminación del artículo 50 de la Ley de Proindustria, que catalogó «el castigo más severo”. Ya que entiende que este artículo es clave para el incentivo de la manufactura local. “Su eliminación afectaría la competitividad del sector y la generación de empleos de calidad”.
También criticó que el impuesto selectivo a bebidas azucaradas, pues afectaría desproporcionadamente a la población de menores recursos. Ya que estos productos forman parte de su ingesta diaria.
En cuanto a propuestas de la industria, la AIRD aboga por una implementación gradual de las nuevas medidas fiscales. En especial en productos que actualmente están exentos de impuestos, para evitar un impacto abrupto. Una reforma fiscal ideal, según Pujols, debe ser equilibrada y tomar en cuenta el impacto en los sectores productivos y en la economía general. “Se requiere un balance entre recaudar más impuestos y no desincentivar la producción”, añadió.
Finalmente, planteó que “una modernización de la Dirección General de Impuestos Internos (DGII) es fundamental para que esta sea más eficiente y efectiva en la fiscalización. Especialmente en los sectores informales”.